Seis primeras familias de las mil previstas fueron ubicadas ayer en el barrio San Francisco de Asunción. La historia de algunas de ellas es un indica­tivo del cambio en las vidas de estas personas, una vez que el barrio empiece a ser una comunidad. El proyecto del barrio San Francisco plantea una solución integral para las familias de escasos recursos y que no encuentran oportu­nidad de proyectarse. Ayer se ubicó a las primeras seis fami­lias, pero el objetivo es lograr la instalación total de cien antes de la Navidad para llegar a las mil familias en enero del 2018.

Ayer, el presidente de la Repú­blica, Horacio Cartes, junto a sus colaboradores, las familias y obreros recorrieron las calles del barrio para visitar sus ins­talaciones. La mudanza de las familias de beneficiarios se dará de forma gradual, mani­festó la ministra de la Secre­taría Nacional de la Vivienda y el Habitat (Senavitat), Soledad Núñez. Se prevé que antes de la Navidad se llegue a 100 fami­lias ubicadas en el sitio. En el flamante Salón Multiuso, se realizó un brindis durante el cual Cartes compartió con los pobladores del barrio la alegría de la concesión.

HISTORIAS

El reloj marca las 11:55. Sofía Amarilla y su esposo, Daniel Franco, están a punto de reci­bir la llave de la vivienda que habitarán en el barrio San Francisco. Fotos, cámaras, micrófonos, mucha algarabía alrededor. La presentación oficial dura algunos minutos. Después de la parafernalia, los jóvenes voluntarios empie­zan a descargar las pertenen­cias de la familia para ubicar­las en la casa. Dos camas, una pequeña mesa. Los colchones, unos enseres viejos. Un par de muebles. Una mesa vetusta que don Daniel pide ubicarla en el patio, porque le sirve para tra­bajar sobre ella.

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Daniel y Sofía, frente a su nuevo hogar, con sus hijos.FOTO: F.R.

Daniel y Sofía son de la comu­nidad indígena mby'a guaraní y llegaron de Antonio López, departamento de Itapúa, a la zona baja del club San Vicente (Perú y Artigas), en Asunción, hace 22 años. Nunca tuvie­ron la oportunidad de salir del lugar, donde soportaron inun­daciones, violencia y estigma durante muchos años.

Daniel tiene 44 años. Si bien su oficio principal es técnico electró­nico, se desempeña hace cinco años como guardia de seguri­dad en un hotel céntrico. "Por suerte me dieron permiso para poder recibir mi nueva casa", dice. La pareja tiene seis hijos; uno ya es mayor de edad y vive en otro lugar. Los otros cinco están con ellos y todos van a la escuela.

Voluntarios ayudaron a los beneficiarios con sus humildes pertenencias.FOTO: C.M.

"Apytátama che ápe", dice Daniel con una amplia sonrisa, sentado en la mesa de su come­dor, bajo ventilador y en com­pañía de sus cinco hijos, aguar­dando el almuerzo. Su esposa Sofía arregla lo que puede en la cocina, va ubicando sus cosas. Los voluntarios van colocando los pocos muebles.

Pasó mucho tiempo, hasta que llegó este 12 de diciembre del 2017, cuando la vida le sonrió a don Franco y a su esposa. Esa misma sonrisa que espera refle­jarse en otras mil familias en el barrio San Francisco.

Doña Felipa, vestida de alegría

Felipa (izq), nuevo barrio y nuevo look.FOTO: F.R.

Una persona que ganó noto­riedad en todo este tema del barrio San Francisco fue doña Felipa, una de las adju­dicatarias. Sin buscarlo ella misma, después de aquel spot en donde se la ve conversando con el presidente Cartes, su nombre se asoció directa­mente con el proyecto. Pero doña Felipa que ayer se reu­nió personalmente con Car­tes no es la misma del spot. Un look totalmente cambiado. Maquillaje ayudada por algu­nas vecinas que parecen más entusiasmada que ella. Todo preparado para la foto del recuerdo. Doña Felipa es, en cierto modo, la imagen del barrio que lleva el nombre del santo padre.

Con similar suerte, doña Irene, incluida por el Presi­dente en un mensaje de Face­book sobre el nuevo barrio tampoco pudo ocultar su alegría. "Estoy muy emo­cionada, no tengo palabras ahora. Nunca esperé esto, era un sueño y ahora ya estaré disfrutando de mi vivienda en la Navidad", sostuvo.

A su vez, Cristiano Zanabria Chávez, otro de los bene­ficiarios, se declaró "tran­quilo y alegre". "Lleve 57 años viviendo en una condi­ción vulnerable y después de tanto ahora tengo mejoras a través del presidente Horacio Cartes. Esto ya era algo nece­sario para mi y mi familia el tener una vivienda digna", agregó el adjudicatario.

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