–¿Qué es la vieja política?
–La vieja política era conocida por todo el pueblo paraguayo. Eso implicaba que cuando un grupo llegaba al poder, repartía con los amigos los ministerios; implicaba que en cada ministerio uno podía hacerse de caja, es decir, hacer negociados. También podía meter a sus amigos sin ninguna limitación más que el presupuesto y podía tener un montón de otros privilegios, como viajes de lujo, cupos de combustibles, vehículos al servicio, choferes, hoteles, guardias, secretarios, etc. Eso tenía un gran costo y por esa razón era muy peleado. Con esa plata y con esa gente que metía en cada ministerio preparaban su equipo político para proyectarse a cargos futuros, que normalmente eran cargos legislativos. Por eso hoy hay gente que está 25 años en el Congreso y no cambia.
–¿Cuándo comenzó la nueva política?
–La nueva política se instauró a partir del 2013 con el ascenso del presidente Horacio Cartes, quien decidió, primero, imponer la ley de la transparencia y, segundo, imponer la meritocracia. Es decir, que lo público es público y se sabe cuántos gana un ministro o dónde viaja; cuántos gasta en viajes, porque rinde cuentas, y cuánto cuesta cada vehículo, cuánto cuesta cada ladrillo, cuánto cuesta cada rollo de papel que se compra. Lo segundo, la meritocracia, que hace que solo se pueda acceder a los cargos por concurso público de oposición, salvo los cargos de confianza. Esas dos cuestiones generaron obviamente, un cambio cualitativo, porque, además de eso, se redujeron los márgenes de maniobra y los funcionarios públicos al servicio de este Gobierno estamos obligados a rendir cuentas de lo que hacemos, a explicar y a transparentar todas nuestras gestiones.
–Todo esto generó una serie de ahorros para el Estado…
–Sí, se acabó el robo institucional en los ministerios; se bajaron los costos, se cortaron los gastos superfluos y se ahorró mucho dinero que se reinvirtió en planes sociales. Por eso Tekoporã se cuadruplicó, por eso la ayuda a la tercera edad se triplicó -en algunos departamentos se quintuplicó-; por eso en materia de infraestructura en cuatro años se hizo más de lo que se hizo en los últimos 40 años y a mitad de precio; por eso se dejaron de pagar alquileres de vehículos en la binacionales y con ese dinero ahorrado se compraron más de 200 ambulancias, de las cuales más de 40 tienen terapia intensiva.
–Con respecto a su cartera ¿qué puede decir?
–En el caso de Educación se hizo una inversión millonaria nunca vista en la cartera de Estado. Nosotros tenemos 120 millones de dólares destinados para tecnología en aula, tenemos 50 millones de dólares para capacitación docente. Se enviaron más de 1.000 jóvenes al exterior, a las mejores universidades del mundo, de los cuales 330 son docentes del Paraguay profundo que nunca habían subido a un avión o salido del país. El resultado es sorprendente, espectacular. Además de eso se capacitaron 40.000 docentes en 6 universidades privadas, en sedes locales, para que no se desarraigan de su lugar de trabajo. En materia de infraestructura la inversión llegó a más de 73 millones de dólares, en 14 paquetes, para 14 empresas en 17 departamentos, con 676 escuelas simultáneas en construcción. Esto da ocupación a 30.000 personas en forma directa.
–¿Hubo acuerdo con los docentes en materia salarial?
–Además de eso se llegó a un acuerdo y por primera vez en 16 años se va a poner en vigencia la Ley del Estatuto Docente y los docentes van a ganar más que el salario mínimo. Éste es el primer aumento real que es del 12% anual, por 4 años, que posibilitará llegar hasta a 3 millones por turno, lo cual permitirá que un docente con dos turnos pueda ganar 6 millones de guaraníes al mes y más con la inflación. Entre ellos están quienes están ganando 2 millones y eso es poquísimo. Entonces, pagamos mejor, capacitamos mejor, incorporamos tecnología y mejoramos la infraestructura.
–Sin embargo, los docentes piden más que eso. ¿Qué hay detrás de todo esto?
–Ese pedido tiene un origen político, que en épocas electorales sucede siempre, porque está liderado por uno de los gremios, cuyo dirigente es casualmente candidato a diputado regional (Itapúa) por la disidencia. Entonces, yo creo que tiene un gran componente político, porque ellos saben que el aumento obtenido es muy importante y la jugada es: si dicen que sí el mérito es mío, como si 4% fuera mucho más que 12%, y si dicen que no, el Gobierno insensible no quiere a los docentes. Y si es que se pasa la Ley de Responsabilidad Fiscal nos exponemos a perder todo, lo cual es una gran irresponsabilidad.
–Evidentemente, ¿hay bolsones de resistencia a la nueva política?
–Hay décadas y décadas de atraso. Como suele decir el Presidente: cada vez que entregamos una casa, se han entregado más 20.000 casas en cuatro años, cuando lo hacían 1.200 por año,…te da una alegría, pero te queda un sabor amargo, porque siguen faltando muchas. Estamos entregando pensiones a adultos mayores a gente que esperó años; estamos empezando a pagar salarios a docentes que esperaron años, muchos de ellos que estaban ad honorem. Hubo una gran negligencia. Las escuelas que se están cayendo no se construyeron hace 3 años, son aquellas que se dejaron de mantener en los últimos 20 ó 30 años y muchos de los que más cacarean son los que menos mantuvieron. Por eso también vamos a cambiar paradigmas y a partir de la próxima gestión que el MOPC se encargue de construir las escuelas, para que la ministra de Educación o el ministro, quien me suceda en el cargo, cuente con el capital humano. Es decir, que los docentes y los alumnos puedan tener el conocimiento y la ciencia.
–Estamos en ambiente electoral y se habla precisamente de vieja y nueva política. ¿Qué implica eso?
–Efectivamente, por eso te decía la vieja política es ganar el partido y repartir la piñata entre los amigos y los que están cerca. La nueva política es administrar la cosa pública con transparencia y que el beneficio llegue a la gente. Te diría que es la política en serio, la política real, el resto es politiquería, el resto es llegar para robar y repartir. Esa vieja política es la que nos hizo mucho daño y desde el punto de vista de un colorado es la que nos llevó a la llanura en el 2008. La nueva política es la autoridad al servicio de la gente y con humildad, y la vieja política es la autoridad que saca beneficio del poder y con soberbia.
–¿Ahora tenemos dos modelos dentro del mismo Partido Colorado?
–Acá hay una diferencia de candidatos, porque obviamente Santiago Peña está mucho más preparado, está trabajando en la gestión pública hace 20 años, con cargos de gran responsabilidad, y Mario Abdo tiene una militancia de la cual hace gala, pero no le iguala. Y revisando hacia atrás ¿cuáles son los cargos que ocupó o el espacio que administró?, uno se da cuenta que fue legislador una vez y presidente del Congreso una vez y nada más.
–¿Qué promete el sector liderado por el ex ministro Santiago Peña?
–En materia de equipos, este es un equipo probado. Es el equipo que lidera el presidente Cartes y del cual formó parte Santiago Peña. Este equipo ya hizo muchos goles, no es un equipo casual; es un equipo que ha dado resultados palpables, que la gente puede ver. Nunca se invirtió tanto en programas sociales, en infraestructura como en este Gobierno y los números no resisten ni el más mínimo análisis. El otro equipo es el del veremos qué pasa, del veremos que tal se comporta. Y lo peor es que muchos de los integrantes de ese equipo han estado en el poder antes y la pregunta es ¿qué hicieron?. Hay algunos que fueron ministros, otros que fueron altas autoridades, pero la pregunta es ¿qué hicieron por el país, qué hicieron por el partido?.
–Desde esta perspectiva: ¿cómo analiza el Congreso?
–Creo que aquellos que creen que perjudican al Presidente, oponiéndose a proyectos, tienen una visión muy limitada. Lo que están haciendo es perjudicar al pueblo. Yo te puedo hablar con conocimiento de causa, porque cuando yo era intendente, el presidente de la época no permitió hacer la franja costera. Perdimos mucho tiempo y mucho dinero. Mucha gente siguió pasando su día rodeado de agua, víbora y camalote por causa de esa falta de visión, por esa mezquindad política. Entonces, esto de armar bloques, a oponerse por oponerse, cuando lo único que uno pretende es avanzar… Pueden exigir transparencia, pueden controlar, pero no se pueden oponer a todo. Creo que eso es lo que ha perjudicado y no ha permitido un avance mucho más rápido.
–En este momento se tiene el abultamiento del presupuesto del Estado por encima de lo establecido en la ley, ¿cómo ve esta situación?
–Esto no tiene nada de racional. Cómo pueden sancionar una ley y ellos mismos dejar de cumplirla, para eso se puso el tope para ser un país previsible. Eso es lo que nos está dando una calificación que nos permite llegar un grado de inversión que es objeto de envidia de toda América Latina. Tenemos el Brasil golpeado, tenemos la Argentina golpeada y el país que más va a crecer es Paraguay, junto con Perú en toda la región. Y sin embargo, a pesar de eso, por una cuestión electoral nos están exponiendo a todos a un riesgo tremendo. Me parece un accionar irresponsable. Yo creo que hay que ponerse la albirroja por encima de las camisetas partidarias cuando se definen intereses nacionales. Nosotros hemos manejado la política económica, los números macroeconómicos, a pesar de tener una coyuntura internacional desfavorable, desde el punto de vista de nuestros vecinos. Nosotros más que nunca necesitamos un Parlamento responsable y que no viole la ley que ellos mismos dictaron.
–¿Cuáles serán los resultados de volver a la vieja política?
–Sería un retroceso. La verdad es que hemos avanzado mucho y no fue fácil. El costo que pagó este Gobierno por cerrar las canillas, para que se deje de robar, fue mucho, pero hizo que el Paraguay avanzara, porque si no el Paraguay no hubiera podido salir del karugua en que estaba. Acordáte que en los últimos 10 años incorporamos 82.000 funcionarios públicos que pagamos todos y que seguimos pagando, y que nos costó US$ 25.000 millones. Esa es la plata que necesitamos para avanzar en infraestructuras, en rutas, en caminos, en puentes, en electricidad, en escuelas, en hospitales, pero sin embargo, toda esa plata se va en salario.
–¿Este Gobierno redujo o amplió la cantidad de funcionarios?
–Este Gobierno tiene menos funcionarios de lo que recibió, es el único caso en la historia del Paraguay. Cuánto nos costó desde el punto de vista partidario, ¿por qué se armó el bloque disidente? Porque se les cortaron los privilegios, porque ellos formaban parte del equipo que hacía los negocios y que luego vivían muy bien y, mientras tanto, el pueblo paraguayo, bien gracias.
–¿Cuál es su mensaje para estas internas?
–Tenemos que seguir avanzando y la gente deberá tomar su decisión el 17 de diciembre en decidir por la nueva o vieja política. La gente tiene que saber que si nos equivocamos ahora retrocederemos todo lo que avanzamos. Hay que apostar a la gente que tiene experiencia en la función pública, hay que apostar a la gente que tiene proyecto y a la que tiene el equipo armado. Este es un equipo que ya está en la cancha, no improvisemos con un equipo que está llegando ahora para tantear y, lo que es peor, con algunos jugadores que ya los conocemos: son los que cada vez que llegan a los cargos se enriquecen y no hacen nada.