El obispo instó al pueblo a exigir candidatos honestos, sin procesos judiciales y con una familia bien constituida.

• POR CAROLINA VANNI
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El obispo de la dió­cesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, hizo un fuerte llamado a los candidatos a que sean honestos y "usen medias remendadas", a que den el ejemplo de honesti­dad al pueblo, persigan la corrupción y castiguen a los deshonestos.

Valenzuela este año se inauguró como celebrante principal de la festividad de la Inmaculada Concep­ción y fue muy aplaudido en su homilía.

"Si queremos mantener la conciencia ciudadana no podemos esquivar esta pregunta: ¿a quién vamos a elegir? (…). Recordemos a los que están empeña­dos en la campaña pública electoral a que busquen el bien común (…), que no pro­metan cosas que no van a cumplir. No pretendan el triunfo a base de engaños y mentiras porque eso oscu­rece el futuro del país", señaló e instó a la pobla­ción a exigir candidatos honestos.

"La ciudadanía debe exi­gir que los candidatos sean hombres honestos y que no tengan procesos judiciales, que lleven una familia bien constituida. Debemos pre­gonar con fuerza, claridad y coherencia los criterios sociales, reclamar nuevos líderes, honestos y patrio­tas", dijo el obispo y reci­bió un cerrado aplauso de los feligreses presentes en la explanada y alrededores del santuario.

El obispo también habló de la sobrepoblación del sec­tor público, donde muchos son deshonestos y también criticó los abusos reali­zados en el Presupuesto General de la Nación.

"No tendremos la concien­cia tranquila si no denun­ciamos a los corruptos, no podemos permanecer indi­ferentes. Tomemos con­ciencia de esta grave situa­ción o nos convertirán en cómplices", indicó.

Si bien Valenzuela admitió que se dieron numerosos avances en el país, también mencionó atrasos en secto­res donde se priorizan inte­reses personales.

"Cuando se malversa el dinero, toda la Nación se siente afectada. Es necesa­rio que en nuestro país sur­jan fiscales y jueces hones­tos, que hagan frente a estos que son deshonestos", mani­festó y aseguró además que la Justicia está en una de sus horas más delicadas. "No es justa ni barata y responde al poder político. La balanza se inclina hacia los que tienen más influencia", concluyó.

Al concluir la misa central de la mañana, el presidente de la República, Horacio Car­tes, se reunió con los obispos que participaron de la cele­bración y compartió con ellos el desayuno. "Simplemente fue un compartir y hablar sobre varias cosas. Fue una reunión amena para recor­dar el encuentro con el Santo Padre", aseguró monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de la Diócesis de Caacupé.

Al ser consultado si el man­datario le reprochó algo con relación a la homilía, el reli­gioso aseguró que no le dijo nada y que esa debe ser la acti­tud de los políticos. "Ellos tie­nen que estar con su pueblo. Le dije que hizo bien en venir, que era importante la presen­cia con su pueblo y que escu­che lo que le decimos, a quien representamos. Él enten­dió muy bien eso. 'Estamos preparados para esto', dijo", indicó.

Asistieron a la misa central el vicepresidente Juan Afara, el canciller Eladio Loizaga, los ministros Antonio Barrios (MSPyBS), Ramón Jimé­nez Gaona (MOPC), Mar­cos Medina (MAG), Hugo Vera (Senad), María Soledad Quiñónez (Senac), Lorenzo Lezcano (Interior), Hum­berto Peralta (SFP), Dió­genes Martínez (Defensa), Guillermo Sosa (Trabajo), el director de Petropar, Eddie Jara, y la senadora Mirta Gusinky.

Sobre la homilía, los minis­tros Sosa, Jiménez Gaona y Medina coincidieron en que las críticas son bien recibi­das, que están prepara­dos para escucharlas y que hay que seguir trabajando para mejorar, pero aclara­ron que hubo grandes cam­bios durante la administra­ción actual. Por otro lado, Gusinky y Loizaga concor­daron en que la homilía no se ajustaba a la realidad del país.

El empresario Pedro Fadul se refirió a la homilía, señalando que "desde hace ya unas décadas lo más fácil es utilizar las homilías para quejarse contra todo lo demás, en especial contra los políti­cos. Juzgan con crudeza y descalifican a la política desconociendo los esfuerzos de muchos por mejorarla. No es justo ni inteligente solo criticar, aunque la gente y la prensa aplaudan. Es lo mismo que hacen casi todos los políticos en campaña, pero a ellos los comprendo porque necesitan ganar elecciones; los curas, no. Ellos son elegidos por ellos mismos y están asegurados sus cargos e ingresos. En esas condiciones podrían darse el lujo de ayudar a despertar el juicio de la gente y no seguir alentando los prejuicios, eso sería más parecido a lo que hacía Jesús".

"Es una homilía fuerte, clara, pero sería interesante destacar algunos puntos, porque muchos prefieren mirar para otro lado. Que se ponga el saco a quien le quede. Este gobierno fue felicitado públicamente por el papa Francisco en Paraguay. En la última visita hace menos de 30 días en el Vaticano el papa Francisco felicitó de vuelta por su dación a la gente humilde del Paraguay. Entonces, evidentemente, la homilía de monseñor Ricardo Valenzuela en Caacupé no va dirigida al presidente Cartes, ni a su gobierno, sino a toda conducta de hombres públicos y privados que no se ajustan a lo honesto. Valenzuela también dijo que se ha hecho mucho, es cierto, y también que queda mucho por hacer, estamos lejos aún del Paraguay que queremos todos y que quiere el presidente Cartes. Que se ponga el saco a quien le quede. Cartes no".