Por Lourdes Torres - Periodista - lourdes.torres@nacionmedia.com

Este miércoles se cumplen 45 años de un hecho que conmocionó a la sociedad paraguaya y tuvo repercusiones internacionales: el asesinato con un bazucazo del último dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza Debayle. El atentado ocurrió en pleno corazón de Asunción el 17 de septiembre de 1980.

Este hecho dio una dura sacudida a la entonces dictadura stronista y tuvo repercusión internacional al demostrar que ni siquiera el exilio en un régimen autoritario ofrecía protección absoluta.

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Recordar este hecho no es solo repasar una página violenta de la historia regional, también ayuda a comprender cómo nuestro país fue escenario de un episodio que marcó las tensiones políticas de toda América Latina en plena Guerra Fría.

Para comprender este hecho, La Nación/Nación Media conversó con el historiador Fabián Chamorro, quien señaló que a más de cuatro décadas, la memoria de aquel acontecimiento sigue siendo necesaria para reflexionar sobre la violencia, el poder y las huellas que dejaron las dictaduras en la región.

“Como todo evento que, como en el caso nuestro, ocurrido acá en Paraguay, es importante que lo tengamos como memoria y también como una lección de cómo podrían terminar ciertos dictadores”, reflexionó.

Tras cuatro décadas de la dinastía Somoza, el frente Sandinista derrocó a Anastasio Somoza Debayle en Nicaragua. Foto: Gentileza

Historial nefasto

Chamorro señaló que Anastasio Somoza Debayle formó parte de una dinastía en Honduras, ya que su padre fue también dictador en su país y lo habían asesinado. Su familia ejercía el poder en ese país desde 1937. Al padre Anastasio Somoza García, conocido como “Tacho”, lo mataron en 1956, estando éste en el poder.

“Le sucede el hijo mayor, Luis Somoza Debayle en la presidencia hasta que fallece por causas naturales en 1967, también ejerciendo el poder. Ahí le sucede Anastasio Somoza. Fue presidente 13 años, hasta 1979, cuando la famosa Revolución Sandinista logró derrocarlo en julio de ese año”, precisó.

Señaló que tras su derrocamiento buscó instalarse en los Estados Unidos, ya que además de que realizó sus estudios en ese país, logró tener la formación militar en la Academia Militar norteamericana. Respecto a cómo vino a parar a Paraguay, indicó que existen dos versiones: una, que el gobierno norteamericano le obligó a ir a Paraguay, y la otra es que era conocido o amigo de Alfredo Stroessner.

“Somoza no solo fue parte de una élite y contaba con poder económico. Pensó que podía instalarse en EE. UU., pero los norteamericanos le bajaron el pulgar. No hay documentación que demuestre que EE. UU. le impone a Paraguay para recibirlo. La otra opción es que los dos dictadores se conocían y por una cuestión económica, aceptaron que Somoza se instale en Paraguay. El tipo había malversado durante su gobierno, estamos hablando de cientos de millones de dólares para aquella época” comentó.

Chamorro señaló que, de acuerdo a los historiadores hondureños, Somoza Debayle fue “un tipo loco”, que cometió crímenes atroces, violaciones de derechos humanos e incluso cometió asesinatos con sus propias manos.

Pese a ese antecedente, indicó que se instaló en Paraguay, lo hizo con grandes lujos, se compró propiedades, tenía una vida bastante pública, eso también facilitó el trabajo de sus asesinos.

Dinorah Sampson, la pareja sentimental del exdicador nicaraguence, contenida por el ex ministro del Interior Sabino Motanaro. Foto: Archivo

Izquierdistas ejecutaron el plan

El historiador señaló que la organización de su asesinato fue ejecutada por el grupo de izquierda de la región, que tenía fuertes vínculos con el Frente Sandinista, que justamente lo había derrocado del poder nicaragüense. Este grupo comando se instaló en Paraguay y estuvo encabezado por Enrique Gorriarán Merlo, dirigente argentino del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

“El plan se llamó Operación Reptil y fue realmente una operación muy bien hecha. Hicieron un trabajo de inteligencia durante meses. Alquilaron casa, montaron un negocio sobre la Avenida España, donde podían verlo pasar todos los días marcando su rutina y cuándo ya tuvieron graficada llevaron adelante su plan de emboscada sobre la calle España y América”, precisó.

El atentado se produjo poco después de las 9:00. Los guerrilleros prepararon dos lanzacohetes, lo que acá conocemos como bazooka. Con esa arma lograron parar el vehículo que estaba transitando. Uno logró ser gatillado, el segundo no. Con ese disparo prácticamente ya se dio muerte a los tres ocupantes del vehículo. Cuando paró el auto de Somoza bajaron de otro vehículo más guerrilleros que atacaron con fusiles", comentó.

Junto a Anastasio Somoza fallecieron también en el automóvil Mercedes-Benz blindado, José Francisco Guerrero, exministro de Hacienda de Nicaragua y cercano colaborador de Somoza y el coronel Joaquín López, jefe de escolta y hombre de confianza del exdictador.

Con un bazucazo asesinaron a Somoza y sus dos acompañantes que transitaban sobre la avenida España en un Mercedes Benz blindado. Foto: Archivo

Sicarios guerrilleros

En cuanto al número de miembros de esta operación, el historiador señaló que no hay datos precisos sobre la cantidad, ya que algunos libros hablan de 5, otros de 7 miembros e incluso señalan hasta 15 revolucionarios, de los cuales, solo uno de los que ejecutaron a Somoza fue capturado en Asunción. Se trata de Hugo Irurzún o “Capitán Santiago”, quien fue muerto supuestamente en un intento de fuga, pero fue torturado. Mientras que Gorriarán Merlo logró escapar y permanecer prófugo durante varios años.

Respecto a la motivación del plan de ejecución, Chamorro señaló que Gorriarán Merlo, el que ejecutó el asesinato, escribió un libro en el cual señala que ellos tomaron la decisión de matarle a Somoza, como una forma de ajusticiamiento por los crímenes que le había cometido contra el pueblo de Nicaragua.

“En el fondo fue por una cuestión ideológica, no por una material, No es que lo mataron por una cuestión específica de la guerrilla, sino por una cuestión filosófica, doctrinaria de los líderes de la revolución.

El historiador explicó que este grupo de guerrilleros logró movilizarse con total tranquilidad en Asunción, pese a la dictadura stronista, porque ninguno de ellos fue objetivo de investigación. Recordó que el gobierno dictatorial ya tenía entonces sus objetivos a quienes consideraban subversivos, y esta información también procedía de los EE. UU., sobre quiénes debían ser vigilados o puestos bajo arresto.

“Esta gente vino como un argentino más. No existía todavía esa inteligencia norteamericana, que era la que le nutría a todos. Evidentemente, EE. UU. no filtró adecuadamente la información y estos tipos se instalaron tranquilamente en Paraguay, porque no estaban en la mira”, explicó.

Tras este suceso, Pastor Coronel encabezó un periodo terrible, comenzaron a buscar casa por casa a los guerrilleros. Foto: Archivo

Apagó la noche asuncena

Como detalle, el historiador Fabián Chamorro agregó que tras este suceso, Pastor Coronel encabezó un periodo terrible, pues comenzaron a buscar casa por casa. Después eso ya se volvió extensiva a cualquiera que fuera opositor al gobierno. Indicó que este suceso fue aprovechado para golpear a sus enemigos. También comenzaron las riquezas en los colectivos.

“Hubo todo tipo de abusos después de la muerte de Somoza. Es más, fue uno de los motivos que mató la noche asuncena, que justamente a finales de los 70 comenzaba a tener nuevamente vida. El asesinato de Somoza hizo que muera nuevamente la actividad nocturna en la capital, debido a las medidas restrictivas, persecución a los civiles, militares subiéndose a los colectivos, policías parando automóviles, eso hizo que mate lo que quedaba de noche asuncena”, concluyó.

Como consecuencia del atentado, la militarización de Asunción terminó por matar la incipiente movida nocturna asuncena. Foto: Archivo

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