Si bien la beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado está prevista para el sábado 23 de junio, la fecha de su fiesta continuará siendo el 28 de abril, día del aniversario de muerte de Chiguitunga, explicó el hermano Restituto Palmero, de la Congregación de las Carmelitas Descalzas.

"Son fechas diferentes: el día de la beatificación, que será el 23 de junio; el día de su cano­nización, que no sabemos cuándo, y el día de su fiesta, que sería el día de su muerte (28 de abril)", explicó e indicó que el día en que se recordará a Chiquitunga y se la podrá nombrar en su honor en las misas será la fecha que ya se viene conmemorando desde su fallecimiento. Agregó que tras la beatificación la ima­gen de María Felicia ya podrá estar en las iglesias católicas y los devotos podrán rendirle culto público, cosa que ahora no está permitido, ya que es solo venerable y no beata. "Con la beatificación se le podrá dar culto público y su imagen podrá ser exhibida en las iglesias", aseguró.

Tras la beatificación tam­bién ya se podrá tener una oración que estará aprobada por la Santa Sede, para invo­car su mediación. Luego de la misa prevista para junio, una vez que suceda un mila­gro nuevamente, la causa podrá continuar hasta lograr la santificación, convirtiendo a Chiquitunga en la primera mujer paraguaya en llegar a los altares de la Iglesia Católica.

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Hermano Restituto Palmero.

La misa de beatificación está prevista para el 23 de junio, en el estadio del Club Cerro Porteño. La celebra­ción arrancará a las 17:30, con rezos y procesión, para luego iniciar la solemne euca­ristía, que será presidida por el cardenal Ángelo Amato, el Prefecto de la Causa de los Santos, quien llegará exclu­sivamente al país para esa multitudinaria misa.

A fin de dar mayor como­didad a los devotos de Chi­quitunga que no quepan en la nueva olla, las autorida­des eclesiales hablan con los presidentes de los clubes ale­daños, a fin de que las demás canchas puedan ser utiliza­das, mediante la colocación de pantallas gigantes para seguir la misa.

LE LLEVARON UNA SERENATA

Tras conocer la noticia de la pronta beatificación, las her­manas, sobrinos y sobrinas de Chiquitunga se reunieron el miércoles en la noche en la tumba donde descansan los restos de María Felicia y le lle­varon una serenata.

Acompa­ñados de músicos, interpre­taron las canciones que más gustaban a la futura beata, en especial aquellas que ella escri­bía, como un homenaje y agra­decimiento por lo que ellos mismos consideran un milagro, que una mujer paraguaya lle­gue a los altares de la Iglesia Católica.

Según las herma­nas, Chiquitunga había escrito como un himno para la familia, que en cada reunión es ento­nada al son de las guitarras que ejecuta una de ellas. No es el primer homenaje similar, ya que en cada ocasión especial la familia se reúne en torno a los restos de ella.

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