La agricultura paraguaya se transformó en las últimas tres décadas. Según datos comparativos del censo de 1991 y la producción actual, nuestro país pasó de cosechar 2 millones de toneladas de granos a superar las 18 millones de toneladas, comentó el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo.
El titular del gremio remarcó que la producción se multiplicó por ocho en apenas 30 años, un salto que refleja el peso que fue ganando el agro en la economía nacional.
También resaltó que este crecimiento no fue de la noche a la mañana, sino que requirió años de trabajo, inversión y capacitación. “En los 80 llegó la mecanización, en los 90 se consolidó la siembra directa y en los 2000 entró la biotecnología. Con esos tres disparadores, la producción empezó a crecer de manera muy rápida en volumen”, explicó a la 1000 AM.
Héctor Cristaldo expuso que estos datos marcan un antes y un después en el campo paraguayo, ya que de ser un productor limitado y más dependiente de cultivos tradicionales, Paraguay pasó a posicionarse como un jugador relevante en la región y en el mundo.
INCORPORACIÓN DE TECNOLOGÍA
El avance se sostuvo en la incorporación de tecnología, pero también en el empuje de productores que apostaron por modernizar sus sistemas de trabajo y generar escala. Sin embargo, el potencial aún no está agotado. Cristaldo señaló que nuestro país sigue enfrentando trabas burocráticas que frenan la dinámica productiva.
“Necesitamos desburocratizar trámites, hacer bien las cosas y dar condiciones para que la gente pueda ir desarrollando este proceso que lleva Paraguay”, enfatizó. El gremialista sostuvo que todavía hay mucho por crecer en el Chaco y en la región Oriental.
Para el sector productivo hoy el desafío es mantener el ritmo de innovación y apertura, de manera de seguir multiplicando el volumen agrícola. Lo cierto es que, en tres décadas, la agricultura paraguaya dejó de ser de baja escala para convertirse en uno de los motores más firmes de la economía nacional.