En la actualidad, el dólar norteamericano pierde terreno ante muchas monedas, por lo que la constante debilidad obliga a los bancos centrales del mundo a intensificar esfuerzos para advertir sobre el impacto que tiene la apreciación de las propias divisas sobre sus economías, según señalan economistas internacionales. En este caso, Paraguay es la excepción, pues el tipo de cambio local es estable.
El retroceso de la moneda es un problema para las economías que se recuperaron gracias a la solidez de sus exportaciones, como Europa y Japón, según publicó el cronista.com, ya que la caída del dólar continuó en el 2018.
El índice que mide la moneda contra las otras principales divisas se encuentra en su nivel más bajo en tres años. La cotización local, contraria a lo que sucede, especialmente en Colombia, Argentina y Brasil, se mantiene casi sin variación, lo que promedia los G. 5.560 por unidad a la venta minorista. Un tipo de cambio sin estrés se presenta en este inicio de año en Paraguay, a diferencia que en el mundo hablan de una debilidad del dólar. La cotización se ubica en la misma desde el lunes, según el mercado cambiario.
De acuerdo al portal digital, el euro, que acumuló una suba de 2,7% desde principios de año, bajó abruptamente del máximo intrarrueda de US$ 1,2322 de este miércoles después de que Vítor Constâncio, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), se convirtió en la última autoridad en manifestarse en contra de la pronunciada alza de la moneda única contra el dólar. El yen también retrocedió esta semana por presión del banco central, indica el Cronista.
Los bancos centrales del G10 se preparan para los cambios de política mientras las potencias comerciales globales fortalecen sus economías y cobra fuerza el argumento a favor del endurecimiento monetario.
La debilidad del dólar fue una de las principales características del mercado en el 2017, y si bien se mantuvo durante setiembre y octubre, la moneda reanudó su sendero bajista y resistió a los factores de sostén como el fortalecimiento de su economía que presionó hacia arriba los rendimientos de los bonos estadounidenses.