En el rubro avícola, Pechugón es uno de los actores más tradicionales. La firma logró consolidarse como referente de la proteína aviar y como uno de los principales exportadores del país, alimentando así no solo a miles de hogares paraguayos sino también en distintos países del mundo, gracias a su estrategia de expansión internacional basada en sostenibilidad, innovación tecnológica y excelencia en procesos.

La compañía, fundada en la década de los 60’ por Daniel Ceuppens y Blanca Talavera, vive en esta época su periodo internacionalización, luego de un arduo trabajo de consolidación local.

Blanca Ceuppens, presidenta de la firma Granja Avícola La Blanca S.A., explicó que Pechugón pasó de ser una marca a un legado familiar que fue creciendo en escala y sofisticación, pasando de ser un emprendimiento en Capiatá, a convertirse en una industria capaz de procesar actualmente 18.000 pollos por hora, con una producción anual que ronda los 110 millones de kilos.

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Don Daniel A. Ceuppens comenzó con un galpón en Fernando de la Mora y doña Blanca Talavera con una pequeña incubadora en Asunción; en 1964 se instalaron en una finca en Capiatá y dieron inicio de forma modesta a lo que hoy es una de las industrias avícolas referentes del país, conducida por sus tres hijas”, manifestó.

Blanca Ceuppens, presidenta de la Granja Avícola La Blanca S.A., manifestó que la empresa trasciende el tiempo con innovación y competitividad, además de la búsqueda de mercados en el exterior. Foto: Gentileza

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Trascender en el tiempo con innovación

De acuerdo con Ceuppens, la clave del liderazgo de la firma y su continuidad en el tiempo por más de medio siglo radica en una constante innovación, con lo que pudieron mantener la productividad y competitividad en un mercado cada vez más exigente y con mayor demanda.

En ese sentido, detalló que, a lo largo de las décadas, innovaron con la incorporación de granjas con galpones automatizados, incubadoras con sensores de última generación, sistemas de bioseguridad de estándar internacional y procesos de trazabilidad que cumplen con exigencias globales.

Además, la compañía invirtió en plantas de alimentos balanceados, silos de gran capacidad y certificaciones internacionales como ISO y FSCC, que le permiten garantizar calidad y seguridad en toda la cadena productiva.

Sobre esta base, la proyección de Pechugón es alcanzar una producción de 125.000 toneladas anuales, profundizar el valor agregado con productos elaborados en su futura planta, que será habilitada en 2026, mirando al mercado taiwanés y fortalecer su presencia en los mercados ya consolidados.

Pechugón exporta a más de 25 destinos, entre ellos Rusia, Hong Kong, Angola y Singapur. “El porcentaje exportado varía según la demanda anual. Lo relevante es que Pechugón representa el mayor volumen de las exportaciones del rubro avícola paraguayo y llega a más de 25 países“, destacó Ceuppens.

Pechugón emplea a 3.000 personas de forma directa y dinamiza la economía con su adquisiciones de maíz y soja. Foto: Gentileza

Impacto en la economía paraguaya

Pechugón se impone como un actor clave en la economía nacional, adquiriendo 130.000 toneladas de maíz y 45.000 de soja, generando un efecto multiplicador en la agricultura paraguaya. También aporta cerca de 3.000 empleos directos e indirectos, con programas permanentes de capacitación para su personal.

“Transformamos maíz y soja en proteína animal, comprando aproximadamente 130.000 toneladas de maíz y 45.000 toneladas de soja para alimento balanceado; generamos empleo y cadenas de valor locales, además de inversiones continuas en infraestructura para la producción con alta tecnología y los sistemas más avanzados”, dijo.

Otro de los factores diferenciales de Pechugón es su compromiso con la sostenibilidad. La compañía implementa programas de reciclaje de agua, compostaje, reutilización de subproductos y control de emisiones.

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Visión 2035: una industria integrada y exportadora

Blanca Ceuppens manifestó que en el horizonte, de aquí a 10 años, vislumbra una industria avícola paraguaya plenamente integrada, con infraestructura energética y logística sólida, más bioseguridad y con jóvenes preparados para liderar nuevos mercados.

“Tengo el mejor deseo para Paraguay, Con importante demanda de productos del agro para la producción de alimentos balanceados, aumento de consumo per cápita de carne aviar en Paraguay. Con una bioseguridad robusta fruto del trabajo en conjunto de Senacsa y la Asociación de avicultores del Paraguay, mayor formalización, integración de tecnologías de precisión y economía circular”, detalló.

Igualmente, añadió que avizora una industria más exportadora, con marcas paraguayas sólidas en el extranjero, con calidad certificada e internamente un ecosistema industria con energía eléctrica previsible, mayor impulso logístico y un capital humano cada vez más capaz de encarar los avances tecnológicos.

“Una industria más exportadora, con marcas paraguayas posicionadas por calidad certificada, innovación y sostenibilidad, en un país con infraestructura: energía eléctrica; rutas y liderada por jóvenes capacitados con mayor acceso a los avances tecnológicos”, vaticinó.

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