El presunto asesino del activista conservador estadounidense Charlie Kirk es un joven de 22 años que se entregó a la policía un día y medio después del atentado, y que consideraba a la víctima como alguien “lleno de odio”, según informaron autoridades ayer viernes.

El sospechoso, Tyler Robinson, es un joven del mismo estado de Utah (oeste) donde se produjo el ataque, que causó una conmoción política en Estados Unidos.

Charlie Kirk, un influencer republicano de 31 años, murió el miércoles de un disparo mientras debatía con estudiantes en Utah Valley University, en el suburbio de Orem.

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El presidente Donald Trump, que apreciaba personalmente a Kirk, informó de la detención en una entrevista en la cadena Fox News. “Alguien muy cercano a él lo entregó”, dijo Trump.

Según explicó el mandatario, el presunto asesino fue convencido por alguien de su familia para que se entregara, mientras miles de policías lo buscaban por todo el estado.

Robinson mató de un solo disparo en el cuello a Kirk precisamente cuando éste contestaba a una pregunta sobre los asesinatos en masa en Estados Unidos.

En su huida el joven dejó atrás un rifle con mirilla telescópica y munición con inscripciones como “¡Hey, fascista, atrápala!” o “Bella ciao”, el estribillo de una canción antifascista italiana, explicó en rueda de prensa el gobernador de Utah, Spencer Coz. Otro mensaje parecía más confuso: “si estás leyendo esto eres gay”.

El gobernador describió comunicaciones que el sospechoso mantuvo a través de plataformas, en las que indicaba que consideraba a Kirk como una persona “llena de odio”.

Una verdadera cacería humana se activó en cuanto se confirmó la muerte de Kirk, una estrella conservadora de las redes sociales y un apasionado defensor de un mensaje nacionalista conservador y cristiano que atraía a numerosos jóvenes en universidades, tanto para escucharlo como para rebatirlo.

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