Barcelona, España. AFP.

Miles de catalanes tomaron las calles ayer tras la deten­ción de 14 miembros del gobierno de esta región que busca organizar un refe­réndum de autodetermina­ción prohibido por la justicia, mientras el presidente catalán acusó a Madrid de imponer de facto un estado de excepción.

En el centro de Barcelona, se concentraron miles de personas. "Fuera las fuerzas de ocupación" y "votaremos", se escuchaba en la manifestación.

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Durante la jornada, catorce funcionarios del gobierno catalán fueron detenidos. Entre ellos figura Josep María Jove, número dos de la vice­presidencia regional, señaló un portavoz del Ejecutivo regional. Son sospechosos de delitos de "desobedien­cia, prevaricación y malversa­ción", informó la Corte Supe­rior de Justicia de Cataluña.

Con sus acciones, el Estado español ha "impuesto de facto un estado de excepción", denunció el presidente cata­lán, el independentista Carles Puigdemont, quien insistió en convocar a los catalanes a votar en la consulta "frente a un régimen represivo e inti­midatorio".

El Ejecutivo cata­lán reiteró así su convicción de realizar el referéndum el 1 de octubre, pese a prohi­birlo el Tribunal Constitu­cional, que había advertido a un millar de altos cargos no organizarlo ante el peligro de exponerse a consecuencias judiciales.

El gobierno central "está cumpliendo con su obliga­ción" dijo el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy. La Guardia Civil confiscó millo­nes de papeletas de vota­ción para el referéndum. En paralelo, el Ministerio de Hacienda congeló las cuen­tas del Ejecutivo catalán.

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