Viena, Austria | AFP, por Sophie MAKRIS.

Este lunes será investido y asumirá sus funciones el nuevo Gobierno austriaco, formado por los conservadores y la ultraderecha, con el objetivo de endurecer la política migratoria y defender la soberanía de los Estados dentro de la Unión Europea.

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A sus 31 años, el conservador Sebastian Kurz se convertirá en canciller y en el dirigente más joven del mundo, ocho meses después de haber tomado las riendas del partido demócrata cristiano (ÖVP), al que condujo a la victoria en las legislativas de octubre.

El jefe de Estado, el ecologista liberal Alexander Van der Bellen, debía recibir a las 11H00 (10H00 GMT) a Kurz y a su gabinete de trece ministros. Seis carteras claves quedarán en manos del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), su aliado de extrema derecha.

Tras dos meses de negociaciones, el FPÖ, que quedó tercero en las elecciones, obtuvo tres ministerios importantes -Interior, Defensa y Relaciones Exteriores- y el puesto de vicecanciller para su jefe de filas, Heinz-Christian Strache, de 48 años.

En las reñidas elecciones presidenciales del año pasado, Van der Bellen venció al candidato del FPÖ, una formación que compara la inmigración con una “invasión masiva” y que considera que “no hay lugar para el islam en Austria”.

El partido de Heinz-Christian Strache es una de las formaciones más veteranas de extrema derecha en Europa. A principios de los años 2000 fue socio de los conservadores en la coalición dirigida por Wolfgang Schüssel, lo que provocó semanas de manifestaciones en Viena en señal de protesta.

- Una alianza en absoluto “anodina” -

Varias organizaciones de izquierdas y de defensa de los derechos humanos convocaron una marcha este lunes hasta el antiguo palacio de los Ausburgo, donde estaba prevista la investidura.

Sin embargo, el acuerdo de gobierno, presentado el sábado, no suscitó grandes reacciones a nivel europeo, donde los partidos populistas y hostiles a la inmigración se han vuelto ineludibles.

“La situación quizá sea diferente a la precedente, del año 2000. ¡Pero la presencia de la extrema derecha en el poder nunca es anodina!”, señaló el comisario europeo Pierre Moscovici, socialista francés.

La vuelta al poder del FPÖ da alas a sus aliados nacionalistas europeos, tras un año 2017 marcado por los altos resultados recabados por la extrema derecha en Francia, Alemania y Holanda.

El partido de Strache pudo dejar su huella en la hoja de ruta del nuevo gabinete, pues el endurecimiento de la política migratoria -principalmente con la restricción de las ayudas sociales a extranjeros- es una de las prioridades del Ejecutivo.

“No volverá a ocurrir que un migrante que nunca ha trabajado aquí, ni un solo día, ni pagado ninguna cotización en nuestro sistema social reciba miles de euros en ayudas”, declaró Strache el domingo en un mensaje publicado en su cuenta de Facebook.

El nuevo Gobierno reivindica “un compromiso europeo claro” pero también advirtió su intención de “reforzar la subsidiariedad” en la UE y de limitar las delegaciones de soberanía.

Y aunque el FPÖ sea una formación tradicionalmente euroescéptica, aceptó que no se pregunte a los austriacos sobre una eventual salida del país de la UE en el marco de las consultas populares que el Ejecutivo quiere impulsar esta legislatura.

Austria presidirá la UE en el segundo trimestre de 2008 y Kurz viajará el martes a Bruselas para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y con el del Consejo Europeo, Donald Tusk.


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