La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en mayoría resolvió que continúe la demanda por indemnización, daños y perjuicios por más de US$ 39 millones contra el Estado paraguayo por el asesinato de Joel Hugo Filártiga "Joelito", hecho ocurrido el 30 de marzo de 1976. La Corte tomó la decisión de no hacer lugar a la acción de inconstitucionalidad promovida por la Procuraduría General de la República (PGR), que pretendía que la demanda civil no prospere en contra del Estado.
Los ministros de la Corte Miryam Peña y Antonio Fretes votaron por no hacer lugar a la acción promovida por el entonces procurador Roberto Moreno. Pucheta votó por hacer lugar a la pretensión del procurador y argumentó que los fallos de primera y segunda instancia son arbitrarios, por lo que corresponde declarar nulas ambas resoluciones y, por ende, hacer lugar a la acción de inconstitucionalidad.
Joel Holden Filártiga Ferreira, padre de "Joelito", promovió la demanda el 22 de agosto del 2013 y reclama US$ 39 millones. Ante esto, la PGR planteó una excepción de defecto legal y oponer excepción de litispendencia ad eventum, es decir, que no se debió hacer lugar a la acción promovida contra el Estado. Estos dos planteamientos fueron rechazados por los juzgados de primera y segunda instancia, por lo que la PRG presentó la acción de inconstitucionalidad ante la máxima instancia judicial, que tomó la determinación que debe seguir el litigio judicial.
EEUU
El caso llegó a los tribunales de EEUU, donde la justicia de dicho país condenó a Américo Norberto Peña Irala, oficial de la Policía Nacional del régimen de Alfredo Stroessner, y al Paraguay. El juez de Nueva York, Eugene Nickerson, fue quien falló a favor de la familia de "Joelito".
ASESINATO
"Joelito" fue secuestrado de su casa en la noche del 29 de marzo de 1976. A las 4:00 del día siguiente dos policías fueron a buscar a su hermana Dolly y le dijeron que "algo había sucedido" con su hermano. La llevaron a la casa del comisario Américo Peña, distante a media cuadra de la casa de los Filártiga, en el barrio Sajonia. En este lugar le mostraron a Dolly el cadáver de su hermano, tirado sobre un colchón manchado de sangre. Su cuerpo mostraba huellas evidentes de haber sido torturado.