Alberto Medina, padre del joven Anderson Medina, víctima de "gatillo fácil", pre­sentó ayer ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Jus­ticia un cuarto urgimiento para que los altos magis­trados se expidan sobre el recurso de casación presen­tado por la defensa del subo­ficial mayor, Narciso Cañete, condenado a 7 años y 6 meses de cárcel por haber disparado sin motivo contra la humani­dad del joven.

El urgimiento fue firmado por el abogado Mauro Barreto, quien señaló que mientras se dilata la resolución de los altos magistrados, el senten­ciado sigue en libertad y en cualquier momento puede fugarse del país y evitar cum­plir con su pena. Agregó que la Sala Penal está integrada por los ministros Luis María Benítez Riera y Alicia Pucheta de Correa. El expediente pasó a manos del ministro Antonio Fretes, quien debe analizar si acepta integrar la Sala y así resolver el presente caso.

Medina denunció, una vez más, que el condenado ame­naza a su familia. Refirió que el 28 de setiembre pasado se produjo un asalto a mano armada en su casa; coinciden­temente, días antes avisaron al padre del joven que el hoy condenado no lo iba a dejar en paz. A su hijo Anderson tam­bién se le robó una moto.

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ANTECEDENTES

El 1 de julio del 2012, en el km 10 de la ruta Gaspar Rodrí­guez de Francia, Alto Paraná, Anderson Medina fue perse­guido y herido en la espalda por el suboficial mayor, Nar­ciso Cañete, quien respondió al pedido de refuerzo de una patrullera que perseguía por equivocación al joven.

Uno de los disparos alcanzó la columna de Anderson, quien quedó con graves secuelas. Luego de un largo y costoso tratamiento, puede movili­zarse con dificultad.

El joven perdió su trabajo y estudio y nunca recibió algún tipo de resarcimiento econó­mico por parte del policía o de la institución, indicó su padre.

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