Aparecen más políticos y operadores que en plena campaña electoral facturaron por dudosos servicios en cursos de capacitación financiados por el Ministerio del Trabajo mediante millonario convenio con la ONG Fundatec de la que forma parte Celsa Rodríguez, funcionaria de confianza del crítico senador Eduardo Nakayama.
- Por Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionmedia.com
El senador Eduardo Nakayama realiza discursos populistas cuestionando el festín y los privilegios en la función pública; sin embargo, su funcionaria de confianza y excandidata a diputada de su equipo político, Celsa Rodríguez Arévalo, se ve salpicada en el esquema de repartija del dinero público a clanes familiares y políticos a través de oenegés. La mujer forma parte de la Fundación de Apoyo a la Educación Tecnológica (Fundatec) que recibió transferencias por G. 1.822 millones del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social para cursos de capacitación laboral entre el 2022 y 2023, que se convirtieron en un gran festín para clan familiar del presidente de la organización y operadores políticos.
Fundatec, donde la asesora de Nakayama ejerce como secretaria del Consejo Directivo, sigue el esquema que sacudió en escándalo hace unos meses al clan Carrizosa-Alcaraz al descubrirse que a través del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), la hija, la pareja, la cuñada del presidente de la ONG, Agustín Carrizosa; así también el hijo del coordinador anticorrupción, Francisco Alcaraz, cobraban jornales y honorarios en el marco de los millonarios convenios con el Ministerio de Trabajo y sus reparticiones como el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal) y el Sistema Nacional de Promoción Profesional (SNPP).
Los hijos del presidente de Fundatec, Enrique Lorenzo Caballero Garay, de nombre Enrique Alberto Caballero García y Guillermo Nicolás Caballero García, facturaron como asistente administrativo y asistente técnico, respectivamente, con G. 3,5 millones de honorarios por mes en el marco de los cursos fijados inicialmente para el departamento de Alto Paraná; los comprobantes con nombres de diferentes empresas, pero una misma dirección, incluso la que fija la ONG del papá.
La funcionaria de Nakayama, que firmó el convenio junto con el titular de la ONG y la exministra Carla Bacigalupo, desconoció los millonarios montos transferidos por el Ministerio de Trabajo y los sueldos con los que se alzaron los retoños, aunque sí reconoció la suscripción del contrato con la cartera estatal.
Una suspicaz adenda fue firmada en marzo de 2023 por la ONG y el Ministerio de Trabajo para trasladar los cursos al departamento de Paraguarí. Coincidentemente, aquí aparecen operadores políticos del equipo de Miguel Cuevas y referentes del abdismo de la zona en su momento, beneficiados con jugosos contratos por servicio de catering.
Es así que saltan facturas emitidas por Kevin Saúl Caballero que, en tiempos que realizaba caminatas proselitistas por la candidatura de Cristina Servín en Ybycuí, emitía factura en concepto de cancelación de honorarios por curso de operador de computadora por valor de G. 11.475.000. El papá de Kevin, don Saúl Caballero, también fue favorecido con un contrato y figuran comprobantes emitidos por servicio de catering de G. 15,6 millones para curso de panadería y llamativamente catering para curso corporativo de operador de computadora por G. 21,2 millones.
Fundatec también favoreció con jugosas compras de insumos de panadería a Fredy Amado Vicezar, otro operador político de la zona, específicamente de Caapucú, denunciado durante la pandemia por cobro irregular del subsidio de los programas Pytyvõ y Ñangareko. En el marco del mismo convenio, entre los detalles de gastos aparecen facturaciones como encargada de compras de María Fabiola Fleitas Rojas, candidata a diputada en capital por el Partido Unace en las últimas elecciones generales.