Maureen Montanía es una joven y entusiasta psicóloga paraguaya que, movida por sus precoces intereses sobre el conocimiento y el ser humano, forma parte actualmente del grupo de exbecarios del programa Becas Carlos Antonio López (Becal), una nueva generación de académicos, intelectuales y expertos que construyen desde sus profesiones un nuevo imaginario local.

  • Por Jimmi Peralta
  • Fotos: Gentileza

Durante su forma­ción como psicóloga, Montanía encontró en el metodismo científico experimental un lugar de referencia que lleva en el pre­sente el sentido de sus estu­dios, sus investigaciones y su trabajo.

Egresada de la Universidad Católica, obtuvo su máster por la Birkbeck University de London y actualmente forma parte de proyectos de inves­tigación del Consejo Nacio­nal de Ciencia y Tecnología (Conacyt) relacionados con altas capacidades y creati­vidad.

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–¿Tuviste un recorrido específico por las dife­rentes escuelas psicoló­gicas antes de tu enfoque actual?

–Sí. En el octavo semestre más o menos empecé a leer sobre terapias de tercera y cuarta generación. Con ganas de saber más, me ins­cribí al diplomado en Tera­pias Basadas en Evidencia (TBE) de Sensorium (cen­tro paraguayo afiliado al Albert Ellis Institute de Nueva York) que venía con creciente fuerza a proponer un cambio de paradigma en la práctica profesional. En lugar de una corriente, una metodología basada en el criterio de evidencia cien­tífica para cada caso. Mien­tras más me adentraba en la conciliadora y lúcida TBE, más segura me sentía de que estaba en el lugar correcto a nivel ético, práctico y filosó­fico. Hasta hoy sostengo que la TBE es el camino que como profesionales debemos cur­sar mientras evoluciona la terapia basada en procesos (TBP) que nace de ella para unificar los marcos terapéu­ticos más eficaces según la evidencia científica. Del con­ductimo al cognitivismo, a la terapia cognitiva-conduc­tual, las terapias que nacen de allí (DBT, ACT, etc.) y la TBE, TBP, hay una suerte de árbol genealógico que sigue una línea de eficacia.

CIENCIA Y ARTE

–¿Cuáles son los princi­pios epistemológicos de esa escuela?

–En nuestra epistemología está muy claro que la psi­cología es ciencia y arte, su carácter social y natural la mantiene en constante cre­cimiento. Por eso es cuasi­descabellado que la miremos con lentes blanco y negro. Nuestra mirada tiene que ser tan amplia como nues­tro objeto de estudio, que es nada más y nada menos que la mente y el compor­tamiento. Como dice siem­pre la doctoranda Celeste Airaldi, directora de Senso­rium, “un médico no elige el bisturí con el que va ope­rar basado en si es lindo o le gusta más, sino en el que fun­ciona mejor”. Nosotros –que lidiamos con vidas huma­nas– tenemos el deber de operar con un criterio simi­lar, un criterio estricta­mente científico.

–¿Cómo llegás a Becal y qué características tiene en tu área la universidad a la que asististe?

–A Becal llegué a través de la Beca Chevening de Reino Unido, a la que apliqué en 2020 buscando extender mis horizontes de conoci­miento y acción. Ya al obte­ner la beca, me informaron que Becal cubriría parte de mis estudios por la alianza Chevening-CAL, a través de la cual Becal identifica can­didatos potables a su ethos, que es apoyar a compatriotas líderes con excelencia aca­démica que tengan el poten­cial e interés de contribuir a Paraguay. Me sentí muy honrada cuando supe que mi aplicación cumplía este requisito para el mayor pro­grama de becas del país. Un apoyo que validó y reforzó aún más mi compromiso con el cambio social. Mi motivo para aplicar fue que había llegado a un techo académico para mi proyección profesio­nal. Yo soñaba y sueño con un Paraguay fluido en materia de salud mental, con cons­ciencia y criterio científico tanto en el servicio como en el usuario, pero ya no había recursos a los cuales acceder en la región para contar con las herramientas e impulsar esa meta. En la mira le tenía a Inglaterra y su fuerte tradi­ción científica ligada al pro­greso social, su Ministerio de Salud Mental, sus prácticas en el NHS y en las universi­dades, su democratización de recursos de alta gama.

–¿Por qué optaste por la Birkbeck University of London?

–La Birkbeck University of London, como parte de la prestigiosa University College London (UCL), es conocida por su trayectoria de investigación en psicolo­gía, su vibrante ambiente de diversidad y su flexibilidad para a la par de llevar los estu­dios, explorar oportunidades de voluntariado académico. A la fecha, pude aplicar los aná­lisis que aprendí, transmitir a mi equipo la metodología y marco de trabajo, y exten­der el alcance a proyectos de tenor social en los que trabajo desde Aikumby Centro de Altas Capacidades y Creati­vidad. Estos proyectos apun­tan principalmente a mejorar las prácticas científicas en las universidades, y a identificar y apoyar a estudiantes talen­tosos de Paraguay de modo de nutrir su potencial capi­tal social.

SITUACIÓN PARAGUAYA

–¿Podés compartir tu diagnóstico de situación respecto a la relación que tiene hoy la investigación científica y la psicología paraguaya?

–Para responder, me gustaría citar al respetable historia­dor de la psicología y entra­ñable maestro José García, quien lleva estudiando sobre las prácticas de investigación en la disciplina hace décadas. La experiencia que llevo yo hace aproximadamente ocho años como investigadora en Paraguay respalda constan­temente sus hallazgos y su lectura de la situación, con ciertas variaciones esperan­zadoras tras el despertar de la salud metal en la pandemia, que significó el auge de cen­tros de formación basados en investigación. La relación entre investigación y psicolo­gía en Paraguay es la misma que la de la ciencia y la psico­logía que, aunque deberían ser indivisibles, guardan una distancia aún lejana. A la fecha, solo existen alrede­dores de diez profesionales de la psicología categorizadas en nivel Pronii en Paraguay.

–¿Qué problemas genera esto?

–Arrastramos una enorme deuda científica que nos cuesta la salud mental de la población paraguaya. El pro­fesor García cita entre los principales problemas que enfrenta la investigación psicológica en Paraguay la ausencia de una historia de logros científicos, la falta de claridad sobre la función que debe ocupar la investigación en la formación del psicólogo, la conversión de la metodolo­gía en una especie de ritual desprovisto de creatividad y aplicado de manera mecá­nica, la inadecuada prepara­ción del personal docente (a la cual le agregaría la insufi­ciencia de personal docente capacitado), el escaso incen­tivo a la originalidad y la bús­queda del descubrimiento, y la pobre infraestructura.

PERSPECTIVAS

–¿Cómo describirías la relación que tenemos como sociedad con la ciencia actualmente?

–Una relación pobre y com­plicada. Su raíz está en la baja calidad educativa que enfren­tamos en todos los niveles de formación y cultura, ligada por supuesto a la baja calidad de vida. El problema es his­tórico y complejísimo, pero no por eso insolucionable. La educación, la ciencia en Para­guay no es un caso perdido, y creo que eso lo demuestra muy bien Becal al ser una fuerza que concentra y pre­para a líderes nacionales para cambiar nuestra realidad.

–¿Cuál es el punto fuerte de la práctica y la forma­ción en psicología en nues­tro país?

–El punto más fuerte en la práctica es el Conacyt, sobre todo ahora que dirige su aten­ción a las ciencias sociales. Este organismo nos permite expandir el alcance de nues­tros esfuerzos en la práctica a niveles incluso regio­nales. Nos permite ase­riarnos en el registro y estudio de nuestras prácticas, en su repli­cación y valor para el país, pudiendo ser material de soporte para la propuesta de iniciativas públi­cas. También las universidades que incentivan a sus docentes y alumnos al cam­bio social soste­nido a través de la investigación y que apuestan por la forma­ción integral de sus estu­diantes res­petando el carácter de ciencia básica y aplicada que tiene la psico­logía.

–¿Qué te parece lo más destacable que se está haciendo en los centros académicos?

–Como exalumna de la Uni­versidad Católica de Asun­ción, por ejemplo, sé que allí se encuentran los profesio­nales docentes y directores que dieron luz a la psicología en Paraguay y que son refe­rentes del avance de nuestra ciencia, comprometidos con transmitir a los estudian­tes las habilidades y mejo­res prácticas académicas. Muchos de ellos también cumplen funciones en la Uni­versidad Nacional de Asun­ción y, por supuesto, también hay prolíficos docentes en la Universidad Católica del Este y la Nacional del Este, todos los cuales motivan a sus estu­diantes a investigar con los recursos disponibles, aunque se trate de un trabajo de curso o la tesis. Esto permitió que exista un campo fértil para el crecimiento de la TBE en Paraguay, aunque aún falte mucho para que se convierta en el énfasis de nuestra prác­tica profesional a nivel país. En los últimos años propició la organización de estudian­tes de psicología en pos de la ciencia, quienes fundaron sociedades para psicoedu­car sobre la importancia de la evidencia científica y quienes paulatinamente se unen a las líneas de los docentes inves­tigadores durante o después de la carrera y/o apuntan a ser becarios porque ya desarro­llaron una estima por crecer en la academia y entienden su importancia.

TENDENCIAS

–¿Cuál es la tendencia en boga actualmente den­tro de la investigación psicológica a nivel glo­bal? ¿Está el Paraguay formando parte de ese proceso?

–En el periodo 2020-2022 aflo­raron estudios del efecto de la pande­mia en la salud men­tal y actual­mente los temas más populares guardan cierta rela­ción con los fenó­menos de estrés, trauma, redes sociales e internet y salud labo­ral. La Aso­ciación Americana de Psicología (APA) estima que en este 2024, con el avance de la inteligencia artificial, la psicología va enfocarse en estresores aca­démicos, bienestar laboral y neurodivergencias. Para­guay forma parte discreta de estas tendencias. La Dra. Norma Coppari, por ejem­plo, tiene una sólida línea de investigación sobre tecnoes­trés hace una década o más y la Dra. Alexandra Vuyk en el área de altas capacidades, pero a nivel país aún nues­tro índice de publicación es bajo; tenemos apenas 99 publicaciones de impacto desde 1996 hasta 2022 según la última base de datos de Scimago. Además, la mayo­ría de los estudios se centran en población de estudiantes al ser una muestra accesi­ble tanto para investigado­res independientes que ejer­cen de docentes como para tesinantes.

–¿Qué nos falta para mejo­rar?

–Nos faltan más investigado­res Pronii (Programa Nacio­nal de Incentivo a los Inves­tigadores), más publicaciones y más diversidad poblacional para estar al nivel de países como Brasil, México y Chile en lo que respecta a investiga­ción de calidad en psicología. Lo alentador es que contamos con una revista científica de psicología en Paraguay que goza de buena salud desde 2004, la revista Eureka de la Dra. Coppari, sucesora de tres o cuatro esfuerzos espo­rádicos que se hicieron desde los 70 para contar con una revista científica paraguaya exclusiva de la disciplina. Luego existen otras revistas de universidades que anexan la psicología a temas de salud o temas sociales.

–¿Qué temas trabajaste en tu tesis?

–Mi tesis de máster fue sobre los marcadores biológicos de la regulación emocional en el cerebro adulto. La idea era determinar si las funciones ejecutivas cálidas (encarga­das del autocontrol) vincu­ladas a la variabilidad del ritmo cardíaco podrían fun­cionar como medida precisa de la regulación emocional y proporcionar mayor infor­mación sobre el mundo emo­cional en la adultez, consi­derando los altos índices de depresión y ansiedad preva­lentes en esta población a nivel mundial. Los hallazgos fue­ron interesantes: la frecuen­cia cardiaca baja implicaba una respuesta inadaptada a las demandas del entorno, la internalización de problemas como estrategia de regulación se asoció a mayor disregula­ción que la externalización (poner la culpa afuera) y la capacidad de reevaluar los problemas se asoció a mayor regulación, menor internali­zación y externalización. Y lo más importante: la supresión emocional resultó ser la estra­tegia más común del adulto por presión social y a la vez la mayor predictora de disregu­lación, sobre todo en cuanto a síntomas de ansiedad. Pla­neo enviar para publicación científica los resultados este año y oportunamente repli­car la investigación en Para­guay para comparar y contar con una medida precisa tam­bién en Paraguay, más allá de lo que ya sabemos sobre regu­lación mediante el uso de ins­trumentos psicométricos.

Prioridades

–¿Cuáles son tus priori­dades actualmente?

–Ahora mismo mi prioridad es hacer un buen trabajo en los tres grandes proyectos del Conacyt que estoy coor­dinando y que, con suerte, tendrán un impacto en la academia, la educación y el ámbito social de la psicolo­gía especializada en altas capacidades y creatividad. En paralelo, quiero apuntar a reactivar las semillas ya sembradas en el área de la ciencia psicológica antes del máster, en sociedades, aso­ciaciones, universidades y revistas científicas donde ocupé cargos a lo largo de los últimos años, así como en Chevening y Becal, luga­res donde forjé conexiones con idealistas igual de com­prometidos con una revolu­ción científica en la psicolo­gía paraguaya. Estimo que la vía será público-privada, profesional y estudiantil, y esperemos que con apoyo internacional. La idea es que una vez que fluyan los proyectos que llevo a cabo, pueda tener las ener­gías recargadas para priorizar y operar este sueño.

–¿Qué inves­tiga­ciones venís desarrollando y en qué ámbito?

–Trabajo en superdota­ción, talento y creatividad. Principalmente con ado­lescentes y adultos jóve­nes. Entre los principales temas están sus caracte­rísticas de personalidad, de adaptación (que englo­ban otras variables rela­cionadas como intereses vocacionales, multipo­tencialidad, satisfacción, iniciativa de crecimiento personal, etc.) y programas destinados al desarrollo de talentos y creatividad. Actualmente, coordino tres proyectos enfoca­dos respectivamente en la influencia del pensamiento divergente como compo­nente creativo, en detallar históricamente la atención al talento excepcional en Paraguay (de modo de esti­mular la inversión en gene­ración de conocimiento en el país y a fortalecer la transferencia de los resul­tados al sector privado y público) y en la aplicación de métodos prácticos de identificación e intervención para estudian­tes con altas capacidades en todas las regiones del país.

“En nuestra epistemología está muy claro que la psicología es ciencia y arte, su carácter social y natural la mantiene en constante crecimiento. Por eso es cuasidescabellado que la miremos con lentes blanco y negro. Nuestra mirada tiene que ser tan amplia como nuestro objeto de estudio, que es nada más y nada menos que la mente y el comportamiento”.


“Trabajo en superdotación, talento y creatividad. Principalmente con adolescentes y adultos jóvenes. Entre los principales temas están sus características de personalidad, de adaptación (que engloban otras variables relacionadas como intereses vocacionales, multipotencialidad, satisfacción, iniciativa de crecimiento personal, etc.) y programas destinados al desarrollo de talentos y creatividad”.

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