• Por Luis Irala
  • Nación Media

El octavo lugar conse­guido en el Mundial de Sudáfrica 2010 depositó a la Albirroja en el top 10 del orbe futbolístico, como nunca ocurrió en su historia. El equipo coman­dado por Gerardo “Tata”­Martino estuvo cerca de ganarle al mismísimo cam­peón España, que lo hubiera clasificado a las semifinales del Mundial africano.

La nominación de Martino para entrenador de la selec­ción paraguaya, en febrero de 2007, era el “as que tenía en la manga”, Horacio Car­tes, el director de Selecciones, en el proceso que desembocó en el acceso a Sudáfrica 2010. El entrenador argentino se había estrenado en nues­tro fútbol justamente en el Libertad campeón de 2002, cuando Cartes era el presi­dente del Gumarelo y a cri­terio del directivo era el hom­bre ideal para encabezar la ruta rumbo al Mundial. Fue una gran acertada, porque el Tata era un gran conocedor del fútbol paraguayo.

Con 19 jugadores repatria­dos, del plantel de 23, veni­dos de los distintos clubes de Europa, Sudamérica y Cen­troamérica, la selección para­guaya se aprestaba a inter­venir de lo que sería su pico más elevado en citas mundialistas.

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Paraguay terminó líder del Grupo F, tras empatar ante Italia 1-1, ganar a Eslova­quia 2-0 y empatar sin abrir el marcador frente a Nueva Zelanda. Quedó fuera de la competencia nada menos que Italia, el campeón del Mun­dial anterior, en el 2006, jugado en Alemania.

En los octavos de final Para­guay superó a Japón, en la tanda de los penales, por 5-4, luego de empatar 0-0 y por primera vez en los mundiales la Albirroja llegaba a una fase de cuartos de final, en la que le esperaba España, el futuro campeón, que le ganó 1-0 y lo dejó fuera de competencia.

ÉPICA PERO DOLOROSA DERROTA

Claudio Morel Rodríguez y Andrés Iniesta en aquel épico partido de cuartos de final. Fue una derrota dolorosa ante la selección española, que luego fue la campeona.FOTO: ARCHIVO – NACIÓN MEDIA

El fútbol tiene cosas difíciles de entender y en cuestión de días, Óscar “Tacuara” Cardozo pasó de héroe a villano. El histórico goleador fue el que convirtió el último gol de penal sobre Japón. Pero en el también decisivo duelo ante los españoles desperdició un penal durante el partido, cuando el marcador estaba aún 0 a 0.

Luego del penal fallado el arquero Justo Villar se vistió de héroe al detener otro tiro desde los 11 metros, esta vez a Xabi Alonso, para poner suspenso y emoción al encuentro.

Cuando el partido parecía que iba rumbo al empate apareció David Villa, poniendo el 1-0 definitivo sobre los 37 minutos de la com­plementaria y así se acabó la participación paraguaya en Sud­áfrica 2010, alcanzando el octavo lugar, por primera vez en los mundiales.

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