Se trata de uno de los más prestigiosos intelectuales de nuestro país, con una prolífica labor que abarca ensayo, crítica, narrativa, artículos periodísticos y esencialmente poesía. En el año de su centenario, lo recordamos.
Hugo Rodríguez-Alcalá nació en Asunción en noviembre de 1917 y falleció también en noviembre en Buenos Aires en el 2007. Hoy se cumplen 100 años de su nacimiento.
A los cinco años de edad, o sea, en el tiempo de la pandorga al viento, escribía poemas con rimas. “Para mí la rima era lo más natural del mundo”, decía.
Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Asunción, en el año 1943. Además obtuvo el título de Master of Arts in Foreing Languages en 1949 y luego, en 1953 se graduó como Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Wisconsin, Madison.
No sólo por legado natural es Rodríguez-Alcalá un literato cabal (ya que es hijo de padre y madre narradores de renombre: José Rodríguez Alcalá y Teresa Lamas) sino por su disciplina de estudioso incansable y por su consagración sin pausa a la labor intelectual, que ha producido más de cincuenta libros.
Años de trayectoria
Fue no solamente un fino poeta, sino además un aventajado crítico. Quizás ha sido el notable e internacional crítico que ha dado el Paraguay. Investigó mucho en la poesía y en la narrativa de nuestro país, dando a conocer libros que nos acercan no solamente al escritor paraguayo y su contexto social, sino que además nos instruyen, nos emparejan con la lógica, pues con un modo de escribir práctico, sencillo, hizo posible la comprensión fácil de nuestra literatura.
Dedicó casi 40 años de su vida a la docencia en las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos como Columbia University, Rutgers University, University of Washington, University of California, etc., en las que obtuvo honores y premios por su labor académica y la jubilación llegó cuando ya había superado el mayor rango del escalafón: professor above scale.
Residió en Estados Unidos durante casi 4 décadas ejerciendo la cátedra de literatura en varias universidades. Fundador y primer director del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de California, en la Ciudad de México, durante dos años. También fue redactor en jefe de las “Commemorative Series” de la Universidad de California, miembro del consejo editorial de importantes revistas literarias (Hispanic Review, Revista Iberoamericana, Hispanic Journal y otras).
Paralelamente a su labor pedagógica, este dinámico intelectual publicó varios libros y monografías en los que analiza con rigor crítico aspectos de nuestra literatura, trabajos que lo consagran como el primer historiador del vanguardismo paraguayo.
En tanto que el crítico Roque Vallejos, lo llama “Poeta de acentos sublimes” “al reseñar La casa en la Montaña y don Manuel Alvar, de la Real Academia Española, refiriéndose a la narrativa de La doma del jaguar, dice ”...lo que él (H.R.A.) nos da como producto de su inventiva es criatura de arte, no tanto por lo que tenga de fingido, sino por la capacidad estilística”.
Ha sido consejero literario de varias revistas como Hispanic Review, Revista Iberoamericana, Hispanic Journal, Letras de Buenos Aires, etc. Así también, ha sido incluido en diccionarios biográficos como Who´s who in America, Who´s who in Latin America, The National Register of Prominent Americans, Directory of American Scholars, etc.
En la Capital de México fue Director del Centro de Estudios de la Universidad de California (entre los años 1972 hasta el año 1974). Fue presidente de la Academia Paraguaya de la Lengua Española desde el año 1989 y hasta el año 1994, y fundador del Taller Cuento Breve de Asunción.
Con los poetas Elvio Romero, Josefina Plá, Hérib Campos Cervera, Oscar Ferreiro y Augusto Roa Bastos, formó parte de aquella generación poética brillante, la del 40, aglutinada en un grupo, hasta el momento, irrepetible.
El regreso a Asunción
Rodríguez Alcalá, el poeta que desde la distancia cantaba a su tierra natal, regresó al país en 1983 e inició otra etapa productiva, como escritor, como reorganizador de la agónica Academia Paraguaya de la Lengua Española (de la que fue presidente por cinco años) y otra vez como docente, al fundarse un taller de narrativa, consecuencia éste del éxito de un breve cursillo de literatura creativa.
Desde su llegada al Paraguay dirigió la colección “Cuentos de Taller” de su Taller Cuento Breve, que ha creado en el Club Centenario, que tiene cinco libros publicados (1983, 1985, 1988, 1990, 1992) más uno del año 1994. Dicho taller fue de mucha utilidad para las narradoras paraguayas, quienes vieron editados sus cuentos en numerosos volúmenes.
En cuanto a distinciones
Entre sus galardones más importantes figuran el Premio de las Humanidades y las Artes, de Estados Unidos, en el año 1969, y la Medalla de Gabriela Mistral conferida por el gobierno de Chile en el año 1996. En la vida universitaria norteamericana alcanzó la máxima jerarquía académica: “Profesor Above Scale” (profesor por encima del escalafón), obtuvo premios y honores.
En noviembre de 1982, la Universidad de California le confirió el título de Professor Emeritus. Entre los reconocimientos más importantes obtenidos por Hugo Rodríguez Alcalá figuran el Premio Nacional de Literatura en 1999 por el poemario Romancero Tierra Adentro.
Obras
Cabe destacar que tiene en su haber unos 50 libros publicados. Fue autor de ensayos y libros de crítica, como también de varios poemarios y colecciones de cuentos.
Algunas de sus obras son: “El arte de Juan Rulfo”, “Historia de la literatura paraguaya”, “Narrativa hispanoamericana”, “Literatura Latinoamericana de la Independencia”, “A la sombra del pórtico y poemas de la Guerra del Chaco”, “El portón invisible” y “Terror bajo la luna”, entre otros.
El presidente de la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP), Bernardo Neri Farina, recordó al intelectual en el aniversario número 100 de su nacimiento.
“¡Felices 100 años, Hugo Rodríguez Alcalá! El 25 de noviembre de 1917 nacía Hugo Rodríguez Alcalá, uno de los más notables intelectuales del Paraguay. Narrador, ensayista, poeta, crítico literario, docente durante 40 años en prestigiosas universidades de los Estados Unidos, fue además preceptor de una estupenda generación de escritoras que le dio rostro de mujer a la literatura paraguaya. La Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP) celebra con emoción el centenario del gran Maestro que nos dejó una obra encomiable y unos estudios rigurosos y profundos sobre nuestras letras” refirió.