Un día como hoy, hace 171 años, el 8 de setiembre de 1854, durante el gobierno de don Carlos Anto­nio López, se creaba la primera fábrica metalúrgica del Paraguay, en Yby­cuí, departamento de Paraguarí, con la fun­dación de La Rosada, la primera industria del sector que cumplió una tarea de gran trascendencia para la guerra contra la Tri­ple Alianza.

Su función inicial era pacífica, pues se encargaba de fabricar productos varios de gran utilidad para el país, como las vías para el ferrocarril, y cumplió un gran papel en la vida nacional. Por eso el Día de la Industria se conmemora cada 8 de setiembre, ya que el sector fabril es uno de los más importantes de la economía y la vida del país.

En una nación predominantemente agrí­cola y ganadera, como el Paraguay, la indus­tria es responsable del 20 % del producto interno bruto (PIB) y tiene un papel cada vez más trascendente, porque la activi­dad económica va migrando hacia el sector fabril, como ocurre con todas las econo­mías que van creciendo.

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De acuerdo con los datos oficiales del año pasado, existen 28.762 unidades industria­les, número que ha ido creciendo última­mente con las nuevas incorporaciones fabri­les. Y da empleo a más de 310.000 personas. La mayor parte de las unidades industriales se encuentran en el departamento Central y Asunción, con más del 50 %, y el resto está en el departamento de Alto Paraná y otras cir­cunscripciones políticas del país.

En lo que va de este año, se observa una fuerte expansión de nuevas inversiones industriales, según el Ministerio de Indus­tria y Comercio (MIC). De enero a julio último, el monto de los proyectos de inver­sión amparados en las normas de la Ley 60/90 ha tenido un aumento del 73 % com­parado con similar periodo de 2024, ya que asciende a 338 millones de dólares, frente a los 196 millones de dólares previstos en similar periodo del año anterior. Estas nue­vas inversiones que se están llevando a cabo permitirán la creación de 3.583 nuevos puestos de trabajo que posibilitarán tener empleo seguro a otras tantas personas. La instalación de las nuevas industrias ocasio­nará un fuerte impacto.

En su mensaje relacionado a la conme­moración de la fecha, el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, resaltó que esta es una oportuni­dad para reflexionar sobre las transforma­ciones que se requieren en el país en medio de un ambiente de fuertes cambios, tanto en el campo económico como en el político.

Refiriéndose a las propuestas de refor­mas económicas que está propiciando el Gobierno, planteó su respaldo a la iniciativa estatal. Pero resaltó que hay que avanzar en otros frentes que consideró críticos, como la sostenibilidad fiscal, la calidad del gasto público, la modernización del transporte, la creación de un sistema previsional con futuro y una seguridad jurídica que esté suficientemente garantizada por el Poder Judicial.

“Vivimos un mundo convulsionado por dis­putas políticas, económicas y militares. La geopolítica vuelve a marcar el rumbo, pero la globalización sigue siendo la geografía económica donde se definen las grandes oportunidades”, manifestó para expre­sar su preocupación por el momento que se está viviendo, resaltando que los periodos de turbulencia suelen generar condiciones complicadas, aunque propician también momentos especiales para los que tienen la capacidad de adaptarse a las nuevas situa­ciones.

El Día de la Industria es la oportunidad para reflexionar sobre la importancia de este momento histórico que vive el país en que se está impulsando con dinamismo la actividad económica. Es la ocasión para avanzar con mucha fuerza en las refor­mas económicas que requiere el país y está pidiendo el sector empresarial.

Los tres años seguidos con gran creci­miento de los más diversos sectores de la producción son motivo de alegría, pero constituyen también enormes desafíos. El crecimiento implica la necesidad de apro­vechar las nuevas ventajas que se presentan para obtener más beneficios para el desa­rrollo y así dar pasos definitivos que impe­dirán volver atrás. Cuando se conquista un objetivo después de tanta lucha, jamás hay que perderlo. Se debe continuar con él para adelante con el propósito de seguir andando hacia el futuro y mantenerlo siem­pre vigente. La vida es una realidad diná­mica que está en constante movimiento y requiere seguir el camino sin detenerse. Todo ello para asegurar nuevos logros para el porvenir, que no está en la lejanía sino a pocos pasos del presente.

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