Unos días antes de la recor­dación del 213.º aniversario de la independencia política de nuestro país, la nación paraguaya ha recibido la gran noticia del acuerdo de la nueva tarifa de Itaipú, que es un paso importante para pro­curar el avance económico y social del Paraguay. Para una nación no es sufi­ciente la estabilidad política, con la tranquilidad social que implica, como se vive hoy día. Al mismo tiempo nece­sita asegurar el bienestar de su pue­blo mediante el mejoramiento de sus actividades productivas y comerciales, además del rumbo cierto que se les dé a sus finanzas y otras realizaciones eco­nómicas.

Hay que resaltar que en el acuerdo reciente que se hizo con Brasil se esta­bleció una nueva tarifa por la energía de Itaipú muy conveniente para Paraguay, que es uno de los logros más importantes alcanzados en los últimos tiempos, por su gran valor monetario y económico. Pues se superó la postura inicial del vecino país de fijar una cotización muy baja, que no resul­taba rentable.

Mediante la fijación de ese nuevo precio de la energía, que era 16,71 dólares por kW/mes en 19,28 dólares el kW/mes, Paraguay recibirá 650 millones de dólares anuales que el Gobierno destinará a los sectores sociales prioritarios. Esta suma no per­cibía anteriormente y resulta una de las novedades más resaltantes. Era lo que las autoridades nacionales deseaban para poder encarar sus numerosos proyectos con dinero propio y no con préstamos del exterior. Esto aparte de recibir las otras cifras que corresponden a las compen­saciones por cesión de energía, utilida­des y demás, que tendrán destinos como la Ande, con lo que se alcanza el total de 1.250 millones de dólares anunciado por el presidente Santiago Peña.

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Este nuevo precio de la energía regirá por tres años (2024, 2025 y 2026), por lo que a partir de 2027 se tendrá que fijar otra coti­zación para el futuro. La idea del Gobierno es vender estos tres años la energía a los sectores económicos privados de Brasil que requieren ese elemento fundamental. Como dijo el ministro Carlos Fernández Valdovinos: “Ahora vamos a seguir ven­diendo energía, porque no tenemos capa­cidad de consumirla domésticamente y a futuro vamos a consumir la mayor canti­dad posible y olvidarnos de tener que ven­der esta materia prima tan valiosa para nuestro país”. El propósito es que a partir de 2027 el uso de la energía sea básica­mente para Paraguay.

Por todo ello es que los entendidos cali­fican el resultado de estas negociaciones por la electricidad de la binacional como un acuerdo histórico, lo que en térmi­nos futbolísticos muy elocuentes algunos señalaron como un “golazo de media can­cha”. Y no es para menos, porque el mayor ingreso de divisas al país no quedará en las grandes empresas, pues se estima que finalmente irán a parar a las finanzas del ciudadano común ya que migrarán a la microeconomía, con el aumento de la mano de obra que requerirán las nuevas inversiones que vendrán.

La obtención de esta conquista econó­mica constituye una oportunidad para que nuestro país pueda mejorar fuertemente su capacidad para realizar nuevas obras de infraestructura y mejorar las existentes. Esto aparte de la inyección monetaria a los proyectos sociales que tiene previsto el Gobierno en la construcción de hospitales, el aumento de oferta de viviendas y el sos­tenimiento de los más necesitados.

También hay que poner de resalto que lo que se obtuvo ahora ha sido posible mediante la capacidad técnica, la respon­sabilidad profesional y el patriotismo de los negociadores paraguayos, que han cumplido las directivas emanadas de la más alta cúpula del Poder Ejecutivo.

Hoy, hace 213 años, la mañana del 15 de mayo de 1811 los patriotas lograron despla­zar de la conducción del país al gobernador español Bernardo de Velasco y comenza­ron a dirigir los destinos de la nación como una patria independiente de España y de cualquier otra potencia. Gracias a la acer­tada gestión del gobierno actual, esta fecha histórica de alta significación se puede recordar hoy en medio de un gran logro, que es la nueva tarifa de Itaipú, que cons­tituye también un acto de emancipación, ya que ha podido sacarse algunas ataduras que tenía para ser más libre en el manejo de sus intereses. Con ese avance econó­mico, la independencia nacional se hará aún más fuerte.

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