Con una alegría inmensa, demostrada por parte de los feligreses y también del clero paraguayo, asumió ayer oficialmente la administración pastoral de la Diócesis de la Basílica Menor de Caacupé, con el obispo Ricardo Valenzuela a la cabeza. Al inicio de la misa, en el marco de su asunción al cargo, agradeció a todos por el recibimiento y felicitó a los presentes por el día de la amistad.
Tras la lectura de la Bula Papal, promulgada el 29 de junio del 2017 por el papa Francisco, que informaba sobre la nueva designación del religioso en reemplazo del ahora obispo emérito Claudio Giménez, este realizó la entrega del cayado del Pastor como símbolo de la cesión de su jurisdicción al obispo Ricardo Valenzuela.
Giménez, quien desde el jueves se mudó a la sede de Tupa Renda para continuar con su servicio religioso, dijo: "manifiesto que Ricardo Valenzuela ha tomado posesión canónica y ahora goza de todos los derechos y jurisdicción de un pastor".
El nuevo obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela agradeció todos los gestos que se tuvieron hacia su persona y dijo que su madre de seguro está contenta por el nuevo desafío que tomará desde ahora.
"Mi madre, que siempre fue una mujer de fe, estará contenta conmigo. A los fieles que estuvieron por muchos años en la Diócesis de Villarrica y hoy están presentes les agradezco por venir y les digo que siempre los tendré en mi corazón. A la gente de Caacupé, les digo gracias por recibirme", expresó Valenzuela.
SALIR DE LA OFICINA
Durante su primera homilía, el obispo Valenzuela recordó el pedido del papa Francisco de salir de las oficinas y de buscar a los fieles que se han ido.
"Es preciso que dejemos nuestras confortables oficinas para buscar a los feligreses que se han ido. Pero déjenme entrar a sus casas ha jajapo hagua petei tembi'u hepajepéva (para hacer una comida deliciosa) y compartirla entre todos. A eso vine, a trabajar y compartir todos juntos", manifestó.