Por JORGE TORRES
Periodista
En varias secuencias de los videos del circuito cerrado del PLRA se ve claramente cómo los azules diseñaron en la noche del 31 de marzo, antes de la muerte de Rodrigo Quintana, cantidades de bombas molotov en la misma sede del local partidario. Es más, también se observa en una de las imágenes cuando un joven arroja la bomba, segundos después del disparo mortal a Quintana, en ese mismo pasillo donde murió. ¿Qué hubiera pasado si ese molotov explosionara en ese lugar? ¿Estaban aguardando a los policías con esas bombas o qué estaban planificando los liberales con esos explosivos la noche del 31 de marzo?
Las imágenes captadas por las mismas cámaras del sistema de circuito cerrado instalado en el local del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) revelan varias situaciones que hoy ya derivaron en imputaciones. Claramente, la Fiscalía tiene aún pendiente determinar lo relacionado a la muerte del joven Quintana; pero no obstante, también es clave contar y saber qué estaba pasando antes de ese luctuoso hecho dentro del local partidario y las autoridades de ese partido deben responder por qué permitieron que jóvenes, incluso adolescentes, estuvieran armando bombas molotov en la sede de su propio partido.
A las 21:53 del viernes 31 de marzo se lo ve a un joven llegar hasta la sede del PLRA en una moto. Ingresa al local con una bolsa negra en mano, que lo deposita en la entrada debajo de unas sillas encimadas y se retira. Minutos después, esa misma persona vuelve a ingresar, recoge la bolsa y lo lleva hasta el segundo piso.
A las 23:26, un joven de remera amarilla se encarga de recoger la bolsa del segundo piso y lo lleva hasta abajo. Se nota que descarga una parte del contenido de la bolsa afuera y el resto se lo entrega a dos jóvenes que llegaron hasta el PLRA. Uno es Brian Esteban Martínez (imputado) y el otro D.C. (menor de 17 años, también imputado). A ambos se los ve entrar a las 23:30. D.C., con la bolsa, y Brian van hasta el fondo del local partidario, donde se los ve que recogen una tela blanca y van hasta una mesa, donde sacan las botellas de la bolsa, las colocan una a lado de otra y van rompiendo la tela armando las mechas.
Luego de armar todas las bombas molotov sobre la mesa, las reparten a otros jóvenes y también le entregan a Luis Octavio Sánchez (imputado, chofer de Efraín Alegre), a quien se lo ve guardar una de las bombas caseras en la oficina de su jefe.
Ya cuando una parte del grupo de manifestantes que salía del Congreso y sus inmediaciones iba rumbo a la sede del PLRA, por el camino se reportaron desmanes y saqueos en locales comerciales y en el diario Abc Color. Al comparar las imágenes de las personas que violentaron el local del referido diario, muchas de ellas fueron las mismas que ingresaron luego en el local del PLRA.
Es en ese momento, 00:18, cuando según las imágenes del circuito cerrado del Partido Liberal se ve a algunos jóvenes ingresar y a uno de ellos, el chofer de Efraín, el imputado Luis Octavio Sánchez saca de la oficina de su jefe una bomba molotov y entrega en la escalera que conduce al segundo piso y le indica cómo encenderla.
Este mismo joven con la bomba casera en mano es quien, segundos después del disparo letal a Quintana (00:22), donde se ve en distintos ángulos de las cámaras, arroja la bomba molotov a escasos metros donde se encontraba el cuerpo de Rodrigo. Se nota que la botella se rompe y el líquido se derrama, pero no se encendió la mecha.
Y es aquí donde surgen varios interrogantes. ¿Pretendían estos jóvenes incendiar el local del PLRA? Con la contundencia de la imagen del joven arrojando la bomba la respuesta es obvia. Lo otro es, ¿estaban los jóvenes aguardando a los policías? ¿O estaban preparando esas bombas para ir a incendiar qué cosa? ¿Por qué las autoridades partidarias, incluso senadores y diputados que estaban en ese momento observando, permitieron a estos jóvenes acciones violentas punibles?