Los Angeles, Estados Unidos | AFP, por Pedro REPARAZ.

En las últimas dos décadas, los San Antonio Spurs han sido un ejemplo de éxito sostenible. El paradigma del buen hacer. Un oasis en medio del desierto deportivo mundial, que ve cómo cada año, en cada disciplina, unos suben y otros bajan. Los de Popovich siempre estaban arriba.

Pero esta temporada la incertidumbre se ha apoderado de la franquicia, en medio de un ambiente enrarecido por los rumores de distanciamiento con su estrella Kawhi Leonard.

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En estos momentos, los Spurs ocupan el cuarto lugar de la Conferencia Oeste con un balance de 36 victorias y 26 derrotas pero existen dos datos preocupantes: se encuentran a 12 partidos y medio de los mejores equipos de su zona, los Houston Rockets (48-13) y los Golden State Warriors (49-14), y a solo dos y medio del noveno clasificado, el primero fuera de las eliminatorias por el título, Los Angeles Clippers (33-28).

Esta no es la primera vez que los texanos se contienen en temporada regular y acaban llegando lejos en playoffs, pero sí en la que se están encontrando con más dificultades.

Cabe recordar que los Spurs se perdieron los playoffs por última vez en 1997.

Gregg Popovich tomó las riendas como entrenador esa campaña y, debido a las bajas prolongadas de su estrella David Robinson, firmó el tercer peor registro de la liga con un balance de 20-62, logró ganar la lotería del draft y se hizo con los servicios de Tim Duncan, uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA.

A partir de ahí, Popovich y San Antonio acumulan cinco anillos en seis finales, solo han perdido en cuatro ocasiones en primera ronda de PO y siempre han sumado un registro superior al 61% de victorias en temporada regular.

Ahora, ese guarismo es del 58,1% y aún tienen que jugar en dos ocasiones contra los vigentes campeones, los Golden State Warriors, frente a los Rockets y ante los Oklahoma City Thunder.

¿Qué ha motivado esta situación?

1. La baja prolongada de Kawhi Leonard

Por encima de todo, los Spurs han echado de menos a Leonard, su estrella. Mucho.

El que fuera MVP de las Finales en 2014 se perdió el principio de la temporada por una tendinopatía en el cuádriceps derecho y, aunque regresó el 12 de diciembre, solo pudo disputar nueve encuentros al sufrir una nueva lesión en su hombro izquierdo a principios de enero que, según la prensa estadounidense, lo ha distanciado de la organización.

San Antonio se mantuvo entre los tres primeros durante varias semanas pero la ausencia de uno de los mejores jugadores de la liga le acabó pesando.

Kawhi, que en la campaña pasada promedió 25.5 puntos, 5.8 rebotes y 3.5 asistencias, llegando incluso a estar en la discusión por el MVP, se ha quedado en esta en 16.2, 4.7 y 2.3... y los Spurs lo han sufrido.

En 2017, la aventura de los texanos en los playoffs acabó súbitamente en la Final de Conferencia ante los Warriors: los Spurs dominaban el primer partido, lejos de su casa, por más de 20 puntos, cuando Kawhi sufrió una lesión que lo alejó de la pista el resto de la serie. ¿Resultado? 0-4.

Se espera que el alero vuelva a jugar a lo largo del mes de marzo, con las eliminatorias como objetivo principal, y que se disipen las dudas sobre su futuro, ya que el angelino será agente libre en 2019.

2. Un equipo veterano

Sin Kawhi, de 26 años, el ala-pívot LaMarcus Aldridge ha sido el encargado de tirar del equipo. 22.5 puntos y 8.2 rebotes así lo atestiguan. Pero Aldridge cumplirá 33 en julio y su atleticismo no es comparable al de otros interiores de la liga.

Tampoco el de las otras tres piezas claves del equipo: el argentino Manu Ginóbili (40), el español Pau Gasol (37) y el francés Tony Parker (35).

Los Spurs son el adalid del juego en equipo, el ejemplo perfecto de que el todo es más importante que el uno. Popovich revolucionó el básquetbol con sus sistemas, los que han mantenido a San Antonio en la cabeza de la liga a pesar de las decenas de jugadores que han pasado por allí.

Pero se avecina una renovación importante en la plantilla en las próximas temporadas para poder seguir compitiendo con sus rivales, más jóvenes, fuertes y rápidos que ellos.

3. Cambio en la dirección

Si hay una posición sensible hoy en día en la NBA esa es la de base. Y más en una franquicia con un sistema tan arraigado como el de los Spurs. En enero, el equipo dio un golpe de timón: Popovich decidió sentar a Tony Parker 17 años después y cederle la titularidad a Dejounte Murray, de 21, en su segunda temporada como profesional.

“Creo que es hora”, le dijo Popovich entonces a Parker el 21 de enero.

Desde ese día, los Spurs han ganado solo seis partidos y han perdido nueve.

Salvo catástrofe deportiva o más lesiones, San Antonio estará en los playoffs en abril. Como en los últimos 20 años. Pero si quiere competir de tú a tú con Golden State o Houston, este verano boreal deberá tomar decisiones más drásticas que cambiar al base del equipo. Siempre desde la reflexión y el ejemplo. Siempre a lo “made in Spur”, una marca registrada en el deporte estadounidense.

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