Por Laura Morel.

En los Juegos Paralímpicos Río 2016, un total de 4,328 atletas de 159 países compitieron en 22 modalidades deportivas. Paraguay fue uno de los pocos países que no tuvo representación, por no contar con un Comité Paralímpico.

Para Tokio 2020, la próxima edición de los Juegos, esa historia promete cambiar. El pasado 15 de marzo fue fundado el Comité Paralímpico Paraguayo (CPP), cuya presentación oficial se realizó este miércoles en la Secretaría Nacional de Deportes, que la reconoció como “entidad rectora de los deportes paralímpicos” el 3 de octubre.

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Sin embargo, quienes hoy integran la Comisión Directiva del Comité ya vienen trabajando desde mucho antes. Podría decirse que desde hace cinco años, cuando el programa denominado Máximus Project trajo el rugby en silla de ruedas al país, con el objetivo de apostar al desarrollo social y el empoderamiento de las personas con discapacidad a través de la práctica deportiva.

Tan positiva fue la respuesta que en 2016 se presentó la segunda etapa, el Máximus Project II, que además de consolidar el rugby en silla de ruedas (Paraguay tiene su selección, denominada Yakaruedas), inició el proceso de desarrollo del goalball, un deporte parecido a la popular pelota muerta (aunque en este caso no se debe esquivar sino atrapar el balón para evitar que ingrese a la meta), creado específicamente para las personas con discapacidad visual.

Mientras estos deportes iban ganando espacio y adeptos, a través de las escuelas deportivas de la Secretaría Nacional de Deportes también comenzaron a implementarse las variantes paralímpicas en el atletismo, el judo, el tenis de mesa y el tenis de campo.

Una nueva entidad nació, con el objetivo de luchar por la inclusión a través del deporte. Foto: Prensa SND.

A sumar deportes

“Estamos en la etapa de hacer ese trabajo de visitar y convocar a los presidentes de las federaciones para incentivar y motivarles a que tengan un sector destinado al deporte paralímpico, porque para la conformación de un Comité Paralímpico necesitamos federaciones deportivas, no clubes”, explica Higinia Giosa, quien quedará en la historia como la primera presidenta del CPP.

El trabajo recién empieza, como lo admite Leticia Báez, una de las pioneras en esto de luchar por la inclusión al deporte de las personas con discapacidad. Estuvo en las dos etapas del Máximus Project, representó a Paraguay en los Paralímpicos de Río como árbitra del rugby en silla de ruedas y es actualmente la entrenadora de la selección nacional de goalball.

“Es muy emocionante, tenemos la piel de gallina los que estamos desde hace tiempo en esto. Es un sueño anhelado, hecho realidad, pero también un gran desafío que seguiremos tomando porque hay que trabajar el triple”, comenta, feliz de haber sido partícipe y testigo de la creación del Comité Paralímpico Paraguayo.

En Río 2016, Báez no solo cumplió con su rol de jueza sino que aprovechó que se rodearía de atletas, jueces, dirigentes y autoridades del deporte paralímpico para intercambiar ideas, pedir consejos y tomar nota a las recomendaciones recibidas.

Así fue que se reunió con José Luis Campos, el presidente del Comité Paralímpico de las Américas que falleció en octubre pasado y a quien la paraguaya recuerda como “una excelente persona”. “Me decía él: Leti, para el 2017 tienen que tener su Comité. Y vine con eso en la cabeza, contagiándole a mis compañeros. Sí o sí era nuestro objetivo, de este año no podíamos pasar”, relata.

Hoy, el Comité Paralímpico Paraguayo funciona con oficina propia en el predio del Comité Olímpico, y la “asignatura pendiente que teníamos” ya está saldada, tal y como indica orgullosa la presidenta, pues “el deporte paralímpico es algo realmente fundamental para las personas que tienen alguna discapacidad”.

Ser atleta paralímpico

En Paraguay son alrededor de 800 mil las personas que sufren algún tipo de discapacidad, según los números que manejan desde el Comité. Pero no todos pueden ser considerados atletas paralímpicos, pues se tienen en cuenta varios aspectos para la elegibilidad.

Para empezar, la discapacidad que presentan debe ser motriz, por amputaciones, ceguera o parálisis cerebral, lo que se diferencia de Olimpiadas Especiales, donde la discapacidad de sus atletas es intelectual.

Luego, para cada deporte, el Comité Paralímpico Internacional (IPC, por sus siglas en inglés) cuenta con una guía que clasifica a los atletas en distintas categorías, en función a su discapacidad. Es decir, por el grado de limitación que presentan.

Este trabajo lo realizan los denominados clasificadores, que en número de dos o tres integran el panel de clasificación (entrenados y certificados por la Federación Internacional) y deben obligatoriamente considerar tres preguntas fundamentales cuando evalúan a un atleta de cara al deporte en el que desea competir.

  • ¿Tiene el atleta un impedimento elegible para este deporte?
  • ¿El impedimento elegible del atleta cumple con los criterios mínimos de discapacidad del deporte?
  • ¿Qué clase de deporte describe la limitación de actividad del atleta con mayor precisión?

A ello se suman los tres pasos que se detallan en las siguientes imágenes.

De ese proceso de preparación sobre tipos de deportes, sus reglas especiales, la clasificación de los atletas y hasta la formación de los jueces, están más que interiorizados los miembros de la directiva del Comité Paralímpico Paraguayo.

Uno de ellos es Mario González, el entrenador de los Yakaruedas, que estuvo en los Olímpicos y Paralímpicos de Río como voluntario y, al igual que Leticia Báez, también retornó con el único objetivo de ayudar a la creación del Comité Paralímpico.

“En Río íbamos a observar competencias de deportes que ni conocíamos, pero con los que soñábamos un día tener. Este es un sueño cumplido, el sueño y el esfuerzo de mucha gente. Venimos desde el 15 de marzo de emoción en emoción y hoy, oficialmente, Paraguay puede decir que tiene atletas paralímpicos, que podemos participar en eventos con los que soñábamos hasta hace poco. A partir de ahora, a empezar a soñar más grande todavía”, comenta con la voz entrecortada y las lágrimas asomando las mejillas.

Es que quien vivió la experiencia de Río 2016, sobre todo en lo que a Paralímpicos se refiere, todavía recuerda cada instante con la misma emoción y admiración que transmitía cada atleta que estaba allí, representando a su país.

“Ahora la emoción es mucho más grande, porque en unos días más la selección paraguaya de goalball viaja apoyada por el Comité Paralímpico Paraguayo, mientras nosotros ya estamos apuntando a Buenos Aires 2018 (Juegos de la Juventud), donde Argentina va a ofrecer en principio cuatro deportes paralímpicos: atletismo, natación, tenis y rugby en silla de ruedas”, relata.

El calendario de actividades también apunta a los Juegos Parapanamericanos Lima 2019 y “por qué no soñar, como dijo el Ministro de Deportes, en 2020 con ver flamear una bandera paraguaya en Tokio, cuando sea el día de la inauguración de los Juegos Paralímpicos”, resalta González.

El goalball fue uno de los deportes más llamativos durante los Paralímpicos de Río. Foto: AFP.

Luchar por la inclusión

Es que, si bien son una entidad novel, ese es el gran objetivo. Pero, así como lo afirma el propio DT de los Yakaruedas, “también está el hecho de seguir luchando por la inclusión en nuestro país, que esas más de 800 mil personas con discapacidad en Paraguay vean que el deporte no es una opción sino que es su derecho”.

“Estamos luchando para que puedan tener ese derecho, para que puedan practicar deportes y sentirse orgullosos de poder ponerse la camiseta albirroja y defender los colores de nuestro país, tanto aquí como a nivel internacional”, agrega, admitiendo luego que la principal barrera con la que tropiezan en el país es “la poca cultura que tenemos sobre deporte y discapacidad”.

“De a poco y con la gente aprendiendo, esto va a hacer que las personas con discapacidad se sientan importantes, se sientan útiles a la sociedad y a ellos mismos, que compartan con personas que tienen su misma discapacidad, que puedan soñar con hacer lo mismo que escuchan o ven de atletas nuestros que están afuera, defendiendo nuestros colores”, sostiene.

“Nunca olvido que estando en Río, cuando hablábamos con los atletas, ellos decían ‘yo soy un atleta paralímpico’ con orgullo. Es más, en algunos casos, sobre todo los europeos, te decían ‘yo soy atleta’. No había una diferenciación de olímpico y paralímpico, y eso es lo que nosotros queremos desde el Comité, que las personas con discapacidad en Paraguay empiecen a decir ‘¡yo soy un atleta!’”, sentencia Mario González.

Muchas personas se sumaron como voluntarias en el certamen de rugby en silla de ruedas realizado recientemente en el país. Foto: Fernando Riveros.

Llamado al voluntariado

Es sabido que los deportes paralímpicos requieren de mucha ayuda voluntaria. Ya sea en las pequeñas competencias como, sobre todo, en los grandes eventos. En ese sentido, el Comité Paralímpico Paraguayo abre sus puertas a todas aquellas personas que deseen sumarse de una u otra manera. De hecho, según resalta Leticia Báez, “desde el Americas Championship del rugby en silla de rueda (realizado en Paraguay), hoy en goalball tenemos más voluntarios”.

Asegurando que “están abiertas las puertas para todas las personas que quieran venir”, comenta que “para que tengan una idea, se necesitan 12 jueces para un partido de goalball, es mucho” y reconoce que “necesitamos gente”. “Todos los que estamos acá, a la cabeza, somos voluntarios desde hace mucho tiempo y seguimos haciendo este voluntariado en el Comité Paralímpico”, indica, explicando luego que, en el caso de aquellos que deseen ser jueces, el Comité se encarga de brindarles la formación y capacitación en el deporte correspondiente.

“El año que viene esperamos hacer muchas cosas, especialmente formar entrenadores y jueces de los deportes que ya tenemos funcionando. Además, en base al calendario tentativo que ya preparamos, vamos a realizar actividades y todo lo que tenga que ver con el desarrollo de los deportes en los que queremos incursionar el año que viene”, explica.

Así, Paraguay cuenta con una nueva opción de inclusión para las personas con discapacidad. Y qué mejor que esa opción sea a través del deporte, con el agregado de poder representar al país. Porque si el sueño de tener un Comité Paralímpico ya se cumplió, ¿porqué no soñar con una medalla paralímpica?

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