Fernando Alonso es aquello que los especialistas llaman un carrerista, esto es un piloto al que le chifla medirse con sus rivales cuando hay algo en juego, y es por eso que los domingos de gran premio ofrece su mejor versión. Y a diferencia de lo que ocurre con muchos de los jóvenes que actualmente abarrotan las parrillas de los campeonatos menores, que andan completamente obsesionados con llegar a la Fórmula 1, él disfruta con cualquier aparato que tenga cuatro ruedas y un volante, por más que tenga que impulsarlo dando pedales.

Con esa idea de probar otras disciplinas, el asturiano se alistó el pasado mes de mayo en las 500 Millas de Indianápolis, en las que fue el principal protagonista de un evento multitudinario a pesar de sufrir la misma suerte que le acompaña en su segunda etapa en McLaren: el motor reventó a menos de 25 vueltas del final, y cuando circulaba en el grupo de cabeza.

A pesar de ese desafortunado desenlace, la experiencia no pudo ser más reconfortante para el español, que ya dejó claro que volvería en cuanto pudiera. Pues bien, Alonso volverá a disputar una prueba que nada tiene que ver con el Mundial de F-1, y esa no es otra que las 24 Horas de Daytona, que se celebrarán el próximo mes de enero en Estados Unidos. En este caso, lo hará como integrante de la estructura United Autosports, según ha confirmado el equipo, propiedad de Zak Brown, el máximo ejecutivo de McLaren y con quien el ovetense va de la mano en su desembarco en América. Los otros relevos serán Lando Norris y Phil Hanson, las apuestas de futuro de la escudería de Woking y de United Autosports, respectivamente.

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"Es un proyecto muy emocionante. Aprender sobre una categoría de carreras totalmente nueva, adaptarme a un coche diferente y a otro estilo de conducción es un nuevo reto para mi y no veo el momento de probarme otra vez como piloto", indicó Alonso, según recoge el comunicado del equipo.

"No es parte de la triple corona [GP de Mónaco de F-1, 24 Horas de Le Mans y 500 Millas de Indianápolis", pero como siempre he dicho, mi objetivo es ser un piloto completo y esta experiencia me ayudará en la preparación para otras carreras de resistencia.

Antes de ir a la Indy, nunca había conducido en un óvalo, ahora sé lo que es un óvalo y cómo abordarlo", añadió el asturiano, en referencia a su aventura en las 500 Millas.

A diferencia de Indianápolis, el prototipo utilizado será un LMP2 (un Ligier), con el que comenzará a foguearse con los vehículos de resistencia que se emplean en las 24 Horas de Le Mans, su desafío real a medio largo plazo.

Alonso lleva ya tiempo publicitando su intención de lograr el reto conocido como la Triple Corona, que supone haber ganado en Mónaco, algo que ya ha conseguido hasta con tres marcas distintas (Renault, McLaren y Ferrari), en Indianápolis y en Le Mans. Esta última es una carrera única en la que difícilmente podrá alistarse el curso que viene por incompatibilidad de agenda, especialmente si McLaren da el salto de calidad que espera gracias a la entrada en escena de los motores Renault. De cualquier forma, siempre llegaría mejor habituado a ella después de haberse bregado en Daytona.

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