- Por Emma Paoli
- Dra. en Ciencias de la Educación
Vivimos momentos en los que el debate sobre cómo están y cómo funcionan las familias es un tema central para la sociedad. Esto, sobre aquella máxima que señala que la familia es la base de toda sociedad. Más allá de las discusiones sobre el tipo de familia, que es otro tema de gran discusión, también tenemos que poner foco en el papel que cumple ella en la educación.
El sistema educativo en el que se sostenía que gran parte del proceso de enseñanza-aprendizaje estaba solo bajo responsabilidad de la institución educativa, entre el docente y el estudiante, está perimido. La educación entendida hoy no está estructurada solo entre docente-estudiante, sino en la comunidad educativa, donde la sociedad, la familia, también es parte importante.
Ya hemos dicho que Paraguay transita un sendero en el que es imperioso que desde todos los ámbitos se mire a la educación como el factor principal para el crecimiento como país, y para el crecimiento personal de miles de estudiantes de todos los niveles. Esa es una tarea que debe asumir cada familia.
Desde legislaciones, estrategias de enseñanza-aprendizaje y disposiciones de los entes de educación, ahora incluyen a la sociedad y a la familia como parte importante para llegar a los objetivos. Es decir, la tarea no es solo de la escuela, del colegio o de la universidad. Uno de los ejemplos que podemos citar es la vinculación cada vez más fuerte de las cooperadoras escolares formadas por padres de familia, que tienen la función de acompañar a las instituciones no solo para el mantenimiento de infraestructura, sino incluso para establecer estrategias que permitan el mejoramiento de la educación.
Las familias son las mejores aliadas para analizar, describir y colaborar con los encargados de las instituciones educativas. El rol que deben cumplir es cada vez más preponderante, por lo que es preciso que los padres o tutores entiendan que no es solo enviar a sus hijos a la escuela o al colegio, sino ser parte activa de la educación. Hoy se observa que muchas familias hasta dejan a su suerte a los estudiantes para que se desenvuelvan solos en sus estudios, creyendo que la responsabilidad de la educación es exclusiva de las instituciones educativas. Y no es así.
La vinculación de las familias en el proceso educativo también implica la preparación de los docentes para esta competencia, desarrollando estrategias que logren que sus estudiantes estén acompañados por sus familias. Desde luego también significa que, probablemente lo más importante, las familias entiendan que su papel en la educación es fundamental y no pueden estar ajenas a esa responsabilidad.