- Por Gabriela Teasdale
- Socia del Club de Ejecutivos
A partir de lo que sucedió con el jacare yrupê surgieron muchos comentarios y chistes, pero uno que me entristeció especialmente decía: “Típico de los paraguayos. Esto es Paraguay, ¿qué podemos esperar?”. No puedo entender lo poco que nos queremos; como sociedad, como nación, porque nuestros pensamientos nos afectan y nos condicionan. Entonces, nos conviene preguntarnos: ¿es un problema de autoestima?
Desde hace algunas semanas somos testigos de uno de los peores escándalos que involucra a representantes de la Justicia paraguaya y actores políticos destacados en una espiral de corrupción que incluye sobornos, tráfico de influencias y otros delitos. Un caso que deja al desnudo grandes falencias y nos demuestra lo mucho que debemos trabajar para fortalecernos como sociedad.
¡Qué bueno sería autoevaluarnos desde este sabio pensamiento! Preguntarnos a nosotros mismos el futuro que vislumbramos como paraguayos y los hábitos y acciones que debemos cambiar para transformarnos en lo que queremos ser.
La señora que se llevó las hojas del río sabía que lo que estaba haciendo estaba mal; también lo sabía el funcionario del JEM protagonista de los audios que desataron el escándalo. Pero hicieron lo que hicieron porque pensaron que en Paraguay finalmente uno hace lo que quiere y no hay consecuencias. Nosotros permitimos la injusticia, la violencia, la corrupción, la destrucción, la basura, las cosas mal hechas, la mediocridad. Y si lo permitimos, somos parte también del problema. No podemos juzgar ni señalar a los demás porque todos somos responsables, compartimos un espacio que nos compromete a todos, no solo a unos cuantos.
Dejemos de dar excusas y explicaciones. Y trabajemos para corregir lo que está mal. Si hay ignorancia e indiferencia empecemos a educar, iniciemos un camino de soluciones, de descubrimiento, en el que la persona sea nuestro objetivo. Solo con el buen ejemplo podemos impactar otras vidas. Todos los paraguayos debemos hacer lo correcto y colaborar unos con otros en la construcción de una nación que necesita cambiar pensamientos, palabras, hábitos y acciones. John Maxwell dice que todo lo que vale la pena es cuesta arriba y no es fácil el camino que nos lleva al desarrollo, pero vale la pena porque el Paraguay se lo merece. El desafío está en que cada uno de nosotros empiece a representar la excelencia y la grandeza que queremos ver en nuestra querida tierra guaraní.
Yo me comprometo a dar lo mejor de mí día a día, y sé que vos también lo podés hacer.