- Por Emma Paoli
- Dra. en Ciencias de la Educación
Estamos en una época de encuentro familiar, por las fiestas de Fin de Año, lo que nos lleva a hacer reflexiones en todos los campos. En estas fechas analizamos lo que hemos realizado en el año, las situaciones que vivimos de manera personal y familiar.
Es un buen momento también para poner, entre los temas de análisis, lo que se ha realizado durante el año a nivel educativo. Como dijimos en varias oportunidades, Paraguay transita un sendero en el que es imperioso que desde todos los ámbitos se mire a la educación como el factor principal para el crecimiento como país, y para el crecimiento personal de miles de estudiantes de todos los niveles.
A lo largo de este año se han desarrollado grandes acciones en el área educativa, pero no es suficiente. Tenemos que seguir poniendo mucho esfuerzo para que el proceso de transformación de la educación esté acorde a lo que nos depara el futuro.
En las instituciones educativas, toda la comunidad que la integra debe realizar un balance de lo que se hizo y se dejó de hacer. La esperanza de niños, adolescentes y jóvenes está puesta en lo que sus instituciones pueden brindarles. Ellos son nuestro mejor incentivo para dar lo mejor cada día. Así se debe entender el compromiso de las autoridades que tienen a su cargo ofrecer una educación de calidad, algo que es muy necesario.
Aprovechando la Navidad, podemos sostener que las instituciones educativas deben ser una gran familia, donde cada uno de sus componentes vele por el otro, con respeto, con amor, con cariño y mucha dedicación. Finalmente, todas las instituciones forman una gran familia, en la que se generan -como en todas- momentos de fricción, de alegría, e incluso de tristeza. Pero hay que mantener unida a esa familia.
En la medida de que cada institución se mire como una, de seguro lo que se haga, los desafíos que se pongan, será mucho más fácil de cumplir. Es cierto aquello de que una escuela, un colegio o una universidad es la segunda casa de los estudiantes, donde los docentes hacen de papel de guías, de motivadores. Esa es la mirada que tienen que tener quienes ejercen la docencia. Ver a sus alumnos como hijos que tienen sueños, esperanzas y que esperan mucho de cada profesor o profesora que imparte clases.
Que esta celebración nos sirva a todos los que estamos involucrados y comprometidos con la educación a ver lo que hacemos como una gran familia que quiere estar unida, mirando el bienestar de todos sus integrantes ¡Feliz Navidad!