• POR BERNT ENTSCHEV
  • Presidente y fundador de The Bernt

Lo queramos o no, en todo momento, estamos a punto de optar por algo. Si me pongo una ropa roja o verde. Si doy una bronca a un colega o si lo llamo para charlar y así por delante. En todo momento estamos siendo tentados a elegir. Y, si toma la decisión de no seleccionar las opciones disponibles, listo, acaba de tomar una decisión, eligió no involucrarse.

Entonces, no hay manera. Se hace parte de nuestras vidas, como el simple e indispensable hecho de respirar, lo importante es buscar entenderla y traerla a nuestro universo positivo. Como pasamos gran parte del tiempo de nuestras vidas realizando actividades profesionales, no tenga duda que nuestras decisiones tienen una gran contribución en nuestra carrera, ya sea positiva o negativa.

Las personas que logran entender esta gran verdad, por lo general, son más independientes, más abiertas al diálogo y más responsables por el curso de sus carreras. Las mejores elecciones son las tomadas con competencia, con una clara línea que una vez tomada, otra alternativa fue dejada de lado en ese momento y además, saber que la elección quedará registrada para siempre, puesto que el pasado es perfecto y no se puede cambiar.

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¿Parece complejo? Explicando con claridad las elecciones correctas vienen acompañadas de actitudes que respaldan la decisión tomada. A partir de las actitudes, los resultados aparecerán, dependiendo del camino que se ha decidido, pueden ser buenos o malos.

Muchas veces las decisiones se toman en el piloto automático. Sin embargo, cuando un asunto es importante no es adecuado hacerlo con la cabeza caliente, en la animación de algo que produjo éxito o incluso bajo la presión de determinado grupo o persona. Si realizada en este contexto, puede provocar resultados catastróficos.

Para quien es joven en el mercado de trabajo, el consejo es estar muy atento en el momento de realizar sus elecciones. No se desespere, el tiempo le dará experiencia suficiente para adquirir madurez y llegar al atino instantáneo. Más adelante, cuando tenga mucha experiencia profesional, lo ideal es tratar de escuchar el "yo interior" que le dirá "ya he visto eso y conozco el resultado". Este autoanálisis hace que la decisión pueda encontrar el éxito.

Ahora, lo que no se puede y, jamás debemos hacer, es imputar nuestros fracasos al mercado, a los colegas de trabajo, las empresas a las cuales prestamos nuestros servicios. Incluso pueden tener un impacto, pero no son responsables integralmente por su éxito o fracaso. Si el profesional actúa así, estará destinado a vivir una vida profesional mediana, y quizás incluso mediocre, no crecerá y no estará satisfecho con lo que ha escogido realizar en su carrera.

Y, por último, equivocarse no es un problema, lo importante, más que nunca es aprender, ya sea en la decisión acertada para que se vuelva un caso. O en el error, para que se pueda decir, “así no lo vuelvo a hacer”. Y así vamos a crecer, madurar y ser felices con los resultados logrados en lo que nos hemos propuestos hacer mejor diariamente. ¡Haga su mejor elección!

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