Por Dany Fleitas
daniel.fleitas@gruponacion.com.py

De acuerdo con los antecedentes de las dos últimas elecciones, como comenté en el artículo anterior, guste o no a los partidos políticos tradicionales y emergentes, los "outsiders" se van posicionando y a veces hasta desplazando a referentes que por décadas se consideraron propietarios de los cargos más importantes de la República, forzando así una renovación en cada justa electoral. La participación en política de una nueva generación es positiva finalmente porque impulsa una renovación interesante de la escena política con rótulo de no al retroceso.

Nada es producto de la casualidad. En los primeros años después de la caída de Stroessner, se animaron a desafiar la política tradicional conocidos empresarios, como Juan Carlos Wasmosy, Guillermo Caballero Vargas, Pedro Fadul y más recientemente Horacio Cartes. En las últimas internas de los partidos para elección de candidaturas municipales se presentaron conocidos como Triki Traka (Darío José Díaz), Cynthia Tarragó ("Marilyn Monroe"), la ex Miss Paraguay Lorena Burgos (Paraguarí), el ex futbolista César "Tigre" Ramírez (Curuguaty), la ex modelo Rocío Núñez (Villa Hayes), Fátima Román de Luque ("La emperatriz de la cumbia"), Román Riquelme (padre de la modelo Larissa Riquelme, de Villa Elisa). En Asunción se animaron Tony Apuril, la ex modelo Helem Roux y los ex futbolistas Félix "Tanque" Torres y Julio González Ferreira y Mario Ferreiro. Nuevamente, para las internas próximas se dan apariciones como el presentador de TV Hugo Javier González, el humorista Gustavo Cabañas, la ex modelo Ayesa Frutos (ya renunció), el conductor de radio y TV Mili Brítez y de nuevo la ex modelo Rocío Núñez. Rubén Rodríguez, al animador N° 1 del país, amagó, pero no se animó. Cierran la lista Nadia Portillo, más conocida como "La Cachorra", quien quiere ser diputada, y Hugo Rubín, del Frente Guasu, como precandidato a vicepresidente de la República, quien espera compañero que saldrá del PLRA el domingo 17.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

La inscripción de estas candidaturas, cada vez con mayor peso en la oferta electoral, es un síntoma de que algo no está funcionando en los partidos políticos tradicionales. A partir de acá uno se hace varias preguntas. ¿Por qué la mayoría de estas figuras prefieren lanzarse a la arena política directamente sin pasar por los partidos políticos tradicionales? ¿Por qué los partidos políticos no toman la ofensiva y se lanzan a la caza de las "estrellas" del momento? En el caso de la primera, quizá porque se sienten confiados en sus propias fuerzas y porque temen ser "devorados" por una maquinaria de tantos años de corrupción, a sabiendas de que la ciudadanía está cansada de los mismos escombros de siempre y a la expectativa de gente sana en la administración pública. En el caso de la segunda, ciertamente los partidos acuden a la "ayuda" de los famosos, pero en la generalidad de los casos solamente para las fotos y nada más. ¿Por qué no detectar con tiempo a figuras interesadas en incursionar en política, capacitarlos y prepararlos para el futuro?

Los partidos políticos tradicionales no han sabido aprovechar su momento de gloria. Esta etapa de transición a la democracia, que creo va llegando a su fin, tuvieron la brillante oportunidad de reinvertir mejor en la gente los recursos en concepto de subsidios por participación electoral. De lo que vemos, los recursos se esfuman gran parte en gastos de campaña proselitista, sueldos u otros menesteres, que a lo mejor no está mal, pero se destinaron muy poco en capacitación y educación política de la futura generación de líderes políticos. Ese déficit lo están pagando caro hoy, de ahí la presencia en la carrera electoral de rostros mediáticos de manera paralela y desde fuera de partidos.

Nunca es tarde para cambiar. Hoy estamos en puertas de unas elecciones internas e inclusive a poco tiempo de las presidenciales de abril del 2018. La forma de hacer política y encarar esos compromisos electorales no van a variar así nomás. No obstante, los partidos tradicionales deberían repensar en una estrategia que los pueda sostener en el tiempo. La ciudadanía tiene hoy una idea formada –mala o buena según se mire– de que estas instituciones partidarias han despilfarrado recursos del Estado, lo que no tolera. Si por una cuestión de interés sectorial del momento estos fondos son retirados por ley, podría significar un duro golpe al proceso mismo de consolidación democrática. Pero no será culpa de la gente, sino de los mismos dirigentes que no han interpretado los nuevos tiempos que se están viviendo, en que se exige buena gestión y transparencia en todo lo que se hace.

Déjanos tus comentarios en Voiz