• Por Dany Fleitas
  • daniel.fleitas@gruponacion.com.py

¿Cómo debe ser la relación que deben tener los candidatos, en tiempos de campaña electoral, con los medios de comunicación y sus periodistas, a los efectos de obtener los mejores resultados de promoción de las figuras y sus propuestas? Esta es una pregunta que escuché en más de una ocasión de parte de políticos en carrera electoral, cuya respuesta es dispar según la experiencia que le tocó vivir. El secreto del éxito está en el equipo humano conformado para la gestión de comunicación y en la manera de cómo sobrelleva la relación con la prensa.

Parece un hecho aislado, pero el entendimiento de la idiosincracia de cada nación –conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales y hasta religiosos– tiene una importancia superlativa en la comprensión de cómo interactúa un pueblo y por ende la prensa y sus trabajadores. Los candidatos y sus colaboradores (a Presidente, Gobernador, senador, diputado, intendente, concejal municipal o departamental) deben tener presente este factor a la hora de la conformación del equipo humano que tendrá a su cargo ese relacionamiento con los medios y los periodistas.

El o la que será la cara visible ante los medios de prensa, y que a veces por razones de fuerza mayor hará de vocero o vocera del candidato, debe ser una persona con un perfil especial. En estos tiempos de la globalización y de las redes sociales, en que todo se sabe, el profesional o la profesional no puede ser cualquiera. Su historial en redes y de manejo de redes sociales debe ser impecable, preferentemente tener buen respaldo académico, haber incursionado varios años en algún medio de prensa y contar con el aval de la producción de materiales periodísticos que marcaron la agenda nacional en algún momento. Es fundamental, sin lugar a dudas, una conducta ejemplar en todo sentido.

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Una vez resuelto el factor humano, entramos a la fase del cómo hacerlo, que ha de ser el paso más difícil. La tarea de difusión y promoción no es como la matemática, en que existen fórmulas para llegar a los resultados. En comunicación, como en la política, se puede llegar a los objetivos propuestos pero de diferentes maneras y caminos, en donde cada quien tiene su manera de trabajar. Lo que una vez funcionó puede que en la segunda no. Y lo que no funcionó a la primera puede que sí en la segunda oportunidad. Esto, porque siempre el contexto socio político y económico tiene una dinámica de coyuntura, en que interactúan factores internos y también externos.

Sin embargo, y antes de contactar con los medios, existen dos premisas esenciales que todo comunicador debe saber, como el abecedario: contar con una buena base de datos de los periodistas de todo el país y de los principales medios internacionales (teléfonos, correos electrónicos, fechas de cumpleaños, aniversarios, etc.) y hacer buenas coberturas –con equipo de prensa propio– de los eventos de su candidato, que incluyan audios (mejor en formato MP3-129 kbps), fotos (1 MB) y vídeos (formato Avi o MP4). Los materiales obtenidos deben ser de gran calidad porque serán los principales insumos de batalla para las redes sociales y luchar por espacio en los medios.

Los medios de prensa tienen tantas actividades diarias que les resulta imposible estar en todas. Los artículos y materiales audiovisuales –audios, fotos y vídeos– que llegan a una sala de redacción son tantos que en poco tiempo deben ser procesados para ser "noticia" en su diario, radio, TV e inclusive medio digital. Son decenas o cientos que compiten por pocos espacios. Para los editores responsables –o jefes de Prensa o de Coordinación– resulta particularmente complicada la decisión de difusión de una gacetilla con foto en un diario papel o digital, difundir un audio en radio o pautar un video en noticiero de TV, con más razón si tiene tanta oferta sobre la mesa. En esta fase "juega" un rol fundamental la calidad del material, que tiene siempre mayor peso siempre ante uno mal confeccionado y/o mal titulado.

Es más, hay que considerar que los medios de comunicación reciben materiales de otros candidatos, a los que suman los de organizaciones diversas, de instituciones públicas, de empresas privadas y de otros tantos que entran en la "pelea" con los que producen a diario los periodistas. No hay que olvidar que siempre, pero siempre, las coberturas hechas por estos tienen siempre prioridad a la hora de la inclusión en páginas digitales o papel y en los noticieros de las radios y TV.

Por lo expuesto, lo ideal, es lograr que los periodistas de los medios estén presentes en las concentraciones políticas, a los efectos de asegurar presencia mediática. Pero esto no siempre se logra porque generalmente solo acuden cuando hay cierres de campaña departamentales y nacionales.

Existen códigos que se manejan entre periodistas que deben ser mínimamente conocidos para obtener resultados auspiciosos en la difusión de noticias de interés. Construir amistad con la prensa no es pecado y ayuda mucho. Lo más importante es ser un buen profesional, producir buenos materiales y ganarse un espacio por disciplina e insistencia. Existen técnicas violadoras de la ética que pueden "simplificar" el camino de la difusión, pero no son nada recomendables porque de conocerse son motivo de escrache nacional y terminan por perjudicar no solo a la candidatura para la que se presta servicios, sino que además daña la imagen del comunicador. El mejor capital que puede tener un comunicador es su reputación como profesional honesto y creíble.

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