Tras cinco mágicos fines de semana, se despidieron los corsos encarnacenos en una temporada altísima de diversión, calor, color y fantasía.

Las puertas del Camarote Brahma se cerraron de la mejor manera, ofreciendo una fiesta inolvidable para sus amigos en noches donde imperaron la mejor onda y la bebida preferida de la gente.

Encarnacenos, turistas nacionales y extranjeros se reunieron todos en su solo espacio para compartir la verdadera diversión de los corsos y vivir varias experiencias que el camarote ofrecía, como el lookeo de remeras Brahma para todos, photo opportunity con los back podium y, como si fuera poco, canilla libre de chopp, helado y refrescante, y su versión 0,0 alcohol (Brahma 0,0).

Ya pasada la medianoche se distribuyeron artículos de cotillón para continuar la fiesta con mucha más fantasía y brillo, despidiendo de esta forma otra temporada fantástica en la capital del verano.