Aunque para los críticos, las últimas alfombras rojas de los Oscar ya no representan el glamour y la elegancia de otras galas, que ha perdido cierta clase y glamour, la edición 89 tuvo algunos chispazos de brillos y estilo.
Algunas siguieron en la seda de no defraudar luciendo acertados diseños, en tanto que otras, que estaban acostumbradas a impactar por su buen gusto de estilismo, no llenaron las expectativas, y en este último grupo estuvieron por ejemplo la bellísima Charlize Theron, que no convenció con su look metalizado firmado por Dior Couture; tampoco gustó mucho la elección de Scarlett Johansson con su Alaïa, también recibió notas muy bajas Dakota Johnson con su Gucci dorado, al igual que una desabrida Salma Hayek, vestida por Alexander McQueen.
Entre las que sí cautivaron por su elección estuvo, sin dudas, la llamada nueva novia de Hollywood, Emma Stone, la reina de la noche y gran ganadora del premio a la Mejor Actriz, quien lucía fabulosa con su vestido vintage firmado por Givenchy.