SAN PEDRO.

LORENZO AGÜERO. CORRESPONSAL.

En el primer día tras su liberación, Franz Wiebe pasó rodeado de su familia, en un reencuentro demorado por los 214 días que el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) lo mantuvo secuestrado hasta dejarlo en libertad en la noche del sábado último.

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A la mañana, el joven participo de un culto religioso en el templo menonita de la colonia Río Verde, acompañado de toda su familia. Luego, siempre en vehículo cerrado, se trasladó nuevamente a su casa sin tener contacto con la prensa, ni ser visto en todo momento.

Luego, su padre Abrahán Wiebe, acompañado por otros colonos y autoridades, salieron a brindar una conferencia de prensa en el patio de la casa. Ante el pedido de los periodistas para que Franz salga a saludar, finalmente desde lejos, casi detrás de la casa, se asomó y alzó una mano para saludar. Luego ingresó de vuelta al interior de la vivienda.

Masiva concurrencia en el templo de Río Verde, donde se ofició el culto por el joven.FOTO:LORENZO AGÜERO[/caption]

A su padre Abrahán Wiebe la lógica felicidad lo desbordaba y se le notaba a pesar del adusto semblante característico de los hombres de la colonia. "Estamos muy felices, mi hijo está muy bien, aunque parece que bajó un poco de peso, ahora ya me curé", reveló con palabras certificadas por algún atisbo de sonrisa.

A su lado el Crio. Gilberto Fleitas, jefe del Departamento Antisecuestro de Personas, detallaba las circunstancias de la liberación. Mencionó que se produjo "a 36 km., aproximadamente, de la casa de sus padres, en el interior de un establecimiento ganadero, muy próximo a donde fue secuestrado, (de donde) creo que estaría a unos 5 km., aproximadamente. La familia recibió la llamada al igual que nosotros para informar sobre la liberación. Primero llegaron los familiares al lugar de la liberación y cuando regresaban nos encontramos en el camino para dirigirnos a su casa", relató.

"Recibí la llamada, aproximadamente, a las 21:00 para avisarme que mi hijo fue liberado", ratificó Abrahán al recordar cómo tomó conocimiento de que su padecimiento llegaba a su fin con el retorno del hijo que le había sido arrebatado por los criminales aquel aciago 27 de julio.

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