- Por AUGUSTO DOS SANTOS
- Periodista
En EEUU llaman "Historia de carreras de caballos" al uso electoralista de las encuestas para generar opinión publica en favor de uno u otro sector. En el camino al 2018, los medios enfrentados utilizarían salvajemente las encuestas como arma, si bien el Brexit, el referéndum Farc y la elección de Donald Trump, han puesto en entredicho su impacto real
Obviamente estamos refiriéndonos al uso bastardo de una formula demoscópica que es fundamental para el arte de definir, coordinar y ejecutar campañas electorales, pero – por cierto- solo un 10 por ciento de los datos que se utilizan para el diseño de campaña son los que finalmente se publican en los medios porque se considera que a los lectores solo interesan quienes estarán en el podio de los hipotéticos resultados; por ello la frase peyorativa de "History of horse races"
A partir de la declaratoria de esta guerra, es probable que – coincidentemente – los candidatos que gozan del afecto de determinado grupo terminarán siendo los lideres preferentes y lo aborrecidos quedarán irremediablemente rezagados.
Este proceso – a su vez – se presentara como un verdadero desafío para las encuestadoras más serias que deberán pelear con los hacedores de encuestas de ocasión. Sin embargo - vale también decirlo- en la historia reciente de las elecciones del Paraguay se manifestaron fenómenos encadenados, el primero refiere a algunos feroces desaciertos en los pronósticos de resultados y, segundo, acto seguido una total impunidad ante la responsabilidad de tales desaciertos que rebasaban con creces los límites de errores admisibles en esta disciplina altamente técnica.
REVESES MUNDIALES
Cuando entrevistas a cualquier campesino, agricultor, con más de 30 años de prácticas agricolas, normalmente describirá el fenómeno conocido como "cambio climático" con un ejemplo clásico: antes sabias cuando iba a llover y si se anunciaba una lluvia sucedía. Hoy llueve cuando parece que no va a llover y el calendario Bertoni que por un siglo fue útil quedó absolutamente desfasado.
Con las encuestas pasa algo bastante parecido pero en un periodo de solo décadas. Ultimamente los que "parecen que van a ganar" con frecuencia pierden, vale recordar el Brexit, el referéndum sobre las FARCS, las elecciones en España y la elección de Donald Trump como ejemplos más clásicos. En todos estos casos la mayor parte de las preferencias apostaba a b y terminaron votando por C. ¿Qué pasó?
Un primer motivo es la manipulación de las encuestas con fines electoralistas; esto sucede cuando determinado medio coordina con un sector político determinados resultados y ello, al llegar a los electores, trata de influir en su preferencia por aquella clásica intención de los electores de inclinarse hacia quien resultaría ganador. El síndrome del carro del ganador.
EL PODER DE LA OPINIÓN DOMINANTE
Pero otro fenómeno engañoso es el que se describe como " La espiral del silencio", formulación sicosocial de la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro publicado en 1977.
Esta teoría señala que los ciudadanos no se atreven a expresar su verdadera idea cuando determinada teoría dominante es contraria a lo que él piensa.
Por ejemplo, si existe una gran presión en los medios y en las redes al respecto de instaurar la pena de muerte, es probable que un grupo grande de personas que no está de acuerdo con éste método o mentirá al respecto de su preferencia o declarará que no tiene opinión solo para no contraponerse con la posición hegemónica.
Al respecto del último proceso electoral en España, José Miguel de Elías, director de investigación y análisis de Sigma Dos, - citado por Rodrigo Carretero en un artículo denominado "Así se hacen y se cocinan las encuestas electorales" " – menciona al respecto que lo que ocurre ahora es que su labor es mucho más complicada porque el panorama social, económico y político es muy "volátil".
"Hace 10 años, la estabilidad en el voto en España era muy grande. Se hacía una encuesta tres meses antes de las elecciones y los resultados eran muy similares. Ahora hay movimiento de una semana para otra y una encuesta se queda vieja pronto", afirma De Elías, quien califica el momento actual de "régimen de turbulencia no estabilizado". Algunos responsables añaden que las cosas se complican porque ahora existe una "espiral del silencio" que provoca que a los encuestados les cueste admitir su preferencia por el PP y el PSOE.
LAS REDES NUEVO REPOSITORIO DE RESPUESTAS
Hay una frase célebre del "speechwriter" de Gerard Ford, Robert Orben, quien sostenía que «a veces tenía la sensación de que uno vota sólo para saber si las encuestas tienen razón». Y aquí se puede describir el tercer fenómeno
Hasta principios de la segunda década del siglo XXI existía la sensación social sobre que las encuestas, por los métodos demoscópicos con las que se construyen, relata el pensamiento "bastante unánime" de la población; pero está visto que eso ya no funciona de esa manera en estos tiempos. ¿ Porqué?.
Algunos sospechan con bastante fundamento que tiene relación con la impronta de las redes sociales. Hasta su popularización extrema (de las redes) las encuestas eran casi una forma de opinión social deliberada. Yo tomo parte de una encuesta y participo de ella con entusiasmo porque sé que determinado pronóstico electoral resulta potente para apuntalar a mi sector político.
Sin embargo hace una década – y cada vez con mayor fuerza – este proceso se produce con mucha más eficiencia desde las redes sociales; la construcción de la opinión de la ciudadanía es mucho más fuerte, instantánea, espontánea y explicita desde las redes.
Este contraste no deja de ser positivo porque sería importante que de futuro las encuestas electorales vuelvan a ser definitivamente lo que nunca debieron dejar de ser en esencia: un barómetro de medición científica de las preferencias y opciones electorales.
ESA DELGADA LINEA ENTRE EL DESEO Y LA INTENCIÓN PUBLICADA
El cuarto fenómeno, bastante parecido al referido en el capítulo de " La espiral de silencio"- e incluso un poco difícil de diferenciar- tiene que ver con una creciente cantidad de electores que prefiere no expresar su deseo de votar por personas que están siendo muy cuestionadas pero tienen bastante clara su intención de hacerlo ya sea por convicción o porque están pendiente del aparato electoral que los conducirá a tal meta.
Ignacio Urquizu, sociólogo y experto en análisis político, es citado por el diario madrileño El Mundo, al señalar que "lo que ha ocurrido en Estados Unidos es sobre todo que ha habido una infraestimación del fenómeno Trump. "Y cuando hay una infraestimación suele ser porque hay voto oculto, gente que no quiere decir a quién va a votar porque es consciente de que esa opción está socialmente mal vista".
HABRA UNA GUERRA DE ENCUESTAS EN PARAGUAY?
No hay dudas que ese proceso se ha iniciado y enfrentará esencialmente a grupos empresariales que al mismo tiempo manejan medios y que se encuentran armados hasta los dientes para combatirse en esta larga contienda cuya fecha de vencimiento es el 22 de marzo del 2018.
Lamentablemente los damnificados de estas prácticas terminan siendo los electores que al día siguiente de los comicios no se explican cómo estuvieron confiando en unos pronósticos que finalmente no se cumplieron. Basta recordar el rostro perplejo y horrorizado de muchos jóvenes demócratas que seguían el desenlace de las elecciones y que pudimos ver por la transmisión en vivo en la reciente contienda electoral norteamericana.
HABRÁ ENCUESTAS CONFIABLES EN ESTE PROCESO?
No hay dudas que sí existirán, pero el problema central radica en que los electores tienen que tener capacidades mínimas para discernir sobre una buena encuesta de una "encuestrucha" destinada a promover candidaturas afines. ¿Cómo lograr – como ciudadano- tales capacidades minimas para distinguir entre una encuesta seria de una " a la medida"?. Ese es el punto.-