Por Matías Ordeix

Socio del Club de Ejecutivos

La era de la hiperconectividad puede aportar a la sociedad grandes beneficios, como ser estar informado al instante de lo que sucede en el mundo, poder comunicarnos por audio-video con nuestros familiares más lejanos o incluso utilizar la conexión instantánea para realizar una operación quirúrgica remota. Pero nada es gratis en la vida, y el avance trae consigo sus consecuencias. Nuestra sociedad está menos comunicada en el face to face, pues las relaciones con los amigos muchas veces han pasado de ser reales a virtuales, la ansiedad provocada por las redes sociales y otros efectos negativos que trae el ajetreado mundo tecnológico es preocupante.

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Amo la tecnología, como la mayoría, estamos en la computadora al mismo tiempo respondiendo mensajes de chat y el teléfono. Sin embargo cada vez nos queda menos tiempo para nosotros mismos, tiempo para el pensamiento o la reflexión. Ojo, no intento con esto hacer una apología de la cultura Zen o intentar persuadir a ser todos "Yoguis". Me refiero básicamente a tener tiempo para poder pensar, analizar, ordenar nuestras ideas sin interrupciones externas.

La vorágine de la vida profesional que uno lleva, apagando incendios en la empresa, reuniones todo el tiempo, viajes, conferencias, más y más problemas que ya tienen que solucionarse nos arrebata el preciado espacio del pienso y la planificación. Muchas veces los empresarios descuidamos la estrategia y vivimos en lo táctico. Esta desconexión con el trabajo de construcción a futuro, solo mirando lo que la vista nos permite, puede carcomer nuestro sueño a largo plazo.

Mi viejo, sabio como todo padre, me comentaba la importancia de dedicarle parte de la jornada laboral (así sean unos minutos) a pensar. Pero… ¿esto no es acaso lo que hacemos diariamente? ¡Y no sinceramente! La mayoría de nosotros nos hemos vuelto mucho más operativos que estratégicos, y realmente nos hace falta encontrar el apreciado espacio del "me time" profesional.

La hiperconectividad es una realidad que no podemos evitar; sin embargo, encontrar ese pequeño espacio de reflexión nos ayudará a comprender más nuestro ser, los porqués y cómos.

"El tiempo con usted mismo es un espacio para pensar, para recargar baterías y recuperarse del trabajo. En la cultura del always on, en la que estamos conectados a nuestros teléfonos y tabletas inteligentes 24/7, estamos empezando a olvidar cómo desconectarnos", señaló Almuth McDowall, experta en psicología organizacional de Birkbeck, Universidad de Londres. "Desconectarse es realmente importante para nuestros cuerpos y cerebros, pues estos no están diseñados para trabajar a toda velocidad durante todo el día".

Además, McDowall asegura que, según las investigaciones que han realizado en su universidad, cuando las personas dedican mejor tiempo a sí mismas, luego "se involucran más en el trabajo y con la familia". La hiperconectividad es una realidad que no podemos evitar, sin embargo, encontrar ese pequeño espacio de reflexión nos ayudará a comprender más nuestro ser, los porqués y cómos. Lo he aplicado desde este año, y en poco tiempo he visto un buen resultado. Siempre vendrán las excusas, pero justamente de eso se trata, basta de decir "no puedo, no tengo tiempo". Dejemos de lado lo que no sea urgente e importante al mismo tiempo, y encontremos ese pequeño espacio para el "me time".

Las mejores opciones para practicar el momento y espacio para mí dependerá de cada uno, pero sin lugar a dudas ese pequeño-gran espacio con usted mismo contribuirá a una mente más abierta y creativa. Aceptemos el desafío, procuremos generar este importante break con nuestro ser.

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