• Por Julio Ibarrola
  • Ex diputado

La realidad de Guahory nos lleva a seguir comentando los tristes hechos que rayan la criminalidad, porque no tienen otro nombre. Esto de sacar tierras a quienes trabajaron durante 30 años, desafiando y enfrentando en el momento una zona inhóspita, solamente el amor al trabajo, el ser un verdadero campesino agricultor les dio la fuerza para quedarse y producir.

Pero para el Cird, la mano negra y criminal antiparaguaya que está dentro del Indert, eso no tiene validez, solamente ellos entienden que la reforma agraria exige que el campesino paraguayo viva en su tierra, en su choza, asado, machete, pala y un yvyra hakua, además sus hijos haraposos, hambrientos e ignorantes, no merecen ser respetados.

Los que trabajan, producen, progresan con maquinarias agrícolas, sus hijos en las ciudades, cursando estudios universitarios, mientras los padres siguen haciendo vivir en sus tierras con producciones en cadena soja, trigo, maíz, avena, lecheras, cerdos y hasta cría de peces. A estos hay que sacarlos, despojarlos de sus tierras, porque estos están en tierras malhabidas, según el Indert.

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El hecho de Guahory, que no es el único caso en nuestro país, merece una profunda reflexión, por su mensaje de la propia institución, el Indert, donde se interpreta que la honestidad no vale, pagar por la tierra no sirve, trabajar y producir con tecnología es una ofensa a la razón, de la reforma agraria. Y entonces se tiene que recuperar porque es tierra malhabida y entregarlas a personas como Rodolfo Candia de Tembiaporã, que tiene 200 hectáreas, productor de soja, cuenta con todas las maquinarias y se le entregó 8 hectáreas. Él mismo atropelló la propiedad de Willy Neufeld, hermano del intendente municipal de Raúl Arsenio Oviedo, Eddie Neufeld, una propiedad de 200 hectáreas, y ha deforestado la reserva de monte virgen que contaba esta propiedad.

Y con el cuento de recuperar tierras malhabidas con título, otro caso en mano, se le entregó a Eligio Brítez, también productor de soja que cuenta con todas las maquinarias. Se le dio 10 hectáreas, de otro campesino paraguayo, con pago total al Indert y nunca le dieron el título, a pesar de 10 años de pagar y sigue la lista.

Pregunto, ¿dónde están las comisiones de derechos humanos del Parlamento? ¿Dónde están para los honestos? No existen, pero para los delincuentes sí están y muy presentes.

Voy a finalizar este comentario de la fecha con el pensamiento de un mártir de la libertad, Abraham Lincol: La solución no es sacarle la casa al que tiene y darle al que no tiene y dejarle sin nada al otro. La solución es crear las condiciones para que todos tengan casa, solamente un paranoico testaferro de los zurdos puede dar todos los principios irrestricto de respeto a la reforma agraria y a los derechos humanos. Hoy se están construyendo en 7 hectáreas 14 casas, donde con título en mano, Willy Neufeld se le está asaltando, atropellando, violando todos sus derechos.

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