Río de Janeiro, Brasil. AFP.
El desempleo en Brasil alcanzó un récord de 12,6% en el trimestre noviembre-enero, según datos oficiales divulgados el viernes, que acentúan la presión sobre la política de ajustes impulsada por el presidente Michel Temer para sacar al país de la recesión. La tasa de desocupación en el trimestre octubre-diciembre era de 12% y la de un año atrás se situaba en 9,5%, precisó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El dato supera en una décima las previsiones de los analistas consultados por la agencia Bloomberg (12,5%). En total, 12,9 millones de personas buscaban trabajo a fines de enero, frente a 12,3 millones en diciembre. En un año, el número de desempleados registró un aumento de 34,3%, con la pérdida de 3,3 millones de puestos de trabajo.
Los sectores más golpeados fueron la construcción (-9,6%, con pérdida de 755.000 puestos de trabajo en un año); la industria (-7,4%, 897.000 empleos) y la agropecuaria (-4,6%, 434.000 empleos). Hubo en cambio un fuerte repunte en el renglón de alojamiento y alimentación (+8,7%, con la creación de 393.000 empleos). El IBGE había indicado el jueves que la tasa de desempleo sumada a la de subempleo (personas que trabajan menos horas de las que desearían) se situaba en 22,2% en el último trimestre de 2016.
Brasil se halla hundido en su peor recesión en más de un siglo. Su PIB se contrajo un 3,8% en 2015 y cerca de 3,5% en 2016.
Optimismo oficial: La recesión acabó
Las cifras echan un balde de agua helada sobre el entusiasmo provocado en el gobierno por datos macroeconómicos favorables de las últimas semanas, sobre todo en materia de reducción de la inflación y de superávit primario (antes del pago de intereses de la deuda) de las cuentas públicas. "Brasil está dejando atrás la recesión y dando los primeros pasos sólidos para un nuevo ciclo de crecimiento sólido y sostenido", afirmó el jueves Temer, citado por su portavoz. El mandatario, que el año pasado sustituyó a la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, destituida por el Congreso, ve incluso en esas inflexiones "las primeras señales de una recuperación del empleo".
El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, fue incluso más optimista, al declararse convencido esta semana de que "la recesión acabó".