¿Qué podemos hacer o implementar en nuestra rutina para que las ocho horas diarias que pasamos frente a un escritorio sean más productivas y saludables?

Por Jazmín Gómez Fleitas

Hasta que se reduzcan las ocho horas laborales o sea moneda común que todos trabajemos desde nuestros hogares y no la excepción, tendremos que enfrentarnos con el desafío de estar la mayor parte del día fuera de nuestras casas, amarrados a nuestra silla y mirando fijamente la pantalla de la computadora.

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Todo oficinista, en alguna etapa de su vida laboral, pasa por un momento en donde siente que las horas sedentarias se hacen cada vez más largas; pero aún así, el tiempo muchas veces no es suficiente para terminar con tantas tareas. ¿Qué hacer para para ser más productivos y no dejar de lado nuestra salud?

Averiguar qué hacemos con nuestro tiempo

Cada vez que estás a punto de hacer lo que deberías de (completar esa planilla o hacer esa llamada) y no lo hacés porque estás revisando tu correo, te pasan más tareas alternas o revisás tu celular cada tres segundos de manera automática. Cualquiera sea el motivo, el hecho es que hacer varias cosas a la vez puede bajar la calidad del trabajo y sumarle horas a tu día.

Es por eso que se vuelve imprescindible, saber primero cómo distribuimos nuestro tiempo. Empezá a prestar atención cuánto y cómo te distraés para buscar algún método que te ayude a concentrarte. Hay varios destinados a ayudarte a solucionar este asunto, pero te presentamos dos. El primero y más conocido es el de Eisenhower, que separa las tareas pendientes entre "urgentes" y "no urgentes", y cada una de ellas, a su vez, en "importante" o "no importante".

Si es urgente e importante se hace en el momento, si no es importante se busca delegar esa tarea. Si no es urgente pero es importante se destina una hora o momento del día para hacerla, y si no es importante, se borra de tus pendientes. Al principio parecería que nos marea, pero si escribís esta clasificación en una hoja, lo verás con total claridad.

El segundo método es la técnica de pomodoro, que trata de conseguir que se logren tantas tareas como sea posible en la menor cantidad de tiempo. Se trabaja durante 25 minutos sin distracciones -este lapso se llama pomodoro- y luego se hace una pausa de 5 minutos. Después de que hayan pasado cuatro pomodoros, se hace un descanso de 15 minutos.

¿Ayuda el multitasking?

Si bien esta habilidad de hacer más de una cosa a la vez nos ayuda a asumir mayores responsabilidades, también tiene un lado negativo. En él podemos citar a la mala memoria y el estrés. Investigadores de la Universidad de California descubrieron que cuando se hacen muchas tareas al mismo tiempo, se da una forcejeo entre el hipocampo -el área donde se guarda y recuerda la información- y el telencéfalo -que tiene como tarea las funciones repetitivas-. Esto significa que al hacer varias tareas, le cuesta mayor trabajo al hipocampo recordar las cosas que se acaban de hacer porque no son constantes sino alternas.

Además, el estar pendiente de varias y constantes actividades abruma y presiona, así que el estrés no está ajeno a ello. Es común que apenas se termine una tarea o, incluso antes de que se termine, ya se esté pensando en otra. Lo importante de manejar esta información es entender por qué o cuándo nos sentimos estresados y hacer una pausa, y centrarnos en hacer una cosa a la vez, lo cual nos conducirá a hacerlo más rápido y eficazmente.

Verificar tu postura

La postura perfecta al sentarse es: espalda derecha, hombros hacia atrás, la parte superior del monitor a la altura de los ojos, piernas dobladas a la altura de las rodillas y los pies sobre el suelo o algún tipo de banquito. Si se tiene que inclinar la cabeza para ver el monitor, habrá que ajustar la pantalla.

¿Por qué todo esto? Porque se descubrió que todas las consecuencias negativas que trae el sedentarismo oficinístico (pasar horas sentado) -como aumento de la tensión arterial, colesterol, várices o incremento de peso- se dan no solamente por la cantidad de horas que se pasa sentado sino por los largos períodos que uno pasa en esta posición. El Dr. Marc Hamilton de la Universidad de Houston, que estudia las consecuencias del sitting (estar sentados), recomienda diez minutos de movimiento por cada hora que pases en un asiento. Esto hace que la circulación sanguínea continúe tanto en los brazos como en las piernas, evitando que se cansen demasiado. Si alguna vez sentiste tus brazos o piernas agotados al final del día, ahora ya sabés a qué se se debe.

Otra recomendación es que si bien ir al gimnasio o hacer ejercicio después del trabajo para contrarrestar el sedentarismo esá buenísimo para sentirse mejor, quemar calorías y tonificar los músculos, también hay otra manera más accesible de ejercitarse todos los días para evitar los males del sitting, y es caminar antes y después de tu jornada laboral.

Estiramientos desde el asiento

Si bien en Estados Unidos ya hay toda una cultura para contrarrestar los males del sitting, como por ejemplo, utilizar mesas altas sin sillas además del escritorio para promover el movimiento o tener walking meetings (reuniones en donde las personas permanecen caminando para distraerse menos e ir al punto), la realidad es que aquí todavía eso no existe.

Lo que sí podemos hacer para evitar la rigidez y la no circulación sanguínea es incoporar sesiones de rotaciones con los tobillos mientras te encuentres sentada. Se estiran ligeramente las piernas y se rotan ambos tobillos a la vez. Otro estiramiento sería poner los pies de puntillas diez veces cada veinte minutos y también estirando brazos, piernas y torso en el asiento.

Cuando estés parada, también se puede continuar con el estiramiento de ponerse en puntillas de pie diez veces. Aprovechá cuando vas a cargar tu botellita de agua al bebedero, te vas al baño o a traer un café para empezar a incorporarlos.

Tener una vida fuera de la oficina

Solamente una frase sobre la cual meditar al final: "El trabajo es como el gas: se expande para ocupar el recipiente que lo contiene, así que da a tu hora de salida la importancia que merece. La gente más eficiente que conozco tiene una razón para querer salir a hora porque si no pasas tu tiempo en actividades que te refresquen y renueven, no habrá modo de que tengas energía en el trabajo". Palabras de Julie Morgenstern, autora de Aprende a organizarte.

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