Desde hace media década, el estándar para smartphones son pantallas con un ratio de 16:9, como los televisores actuales. Aunque como la mayoría de las veces lo utilizamos en vertical, quizá sería más adecuado referirnos a sus pantallas como 9:16. Pero todo parece estar a punto de cambiar. Los nuevos grandes teléfonos de las compañías se preparan para dar el salto a una resolución más sencilla: 2:1. Los dos grandes abanderados de este cambio serán el Samsung Galaxy S8 y el LG G6, y que, por motivos de marketing y de referencia, los departamentos de comunicación están refiriéndose a este "nuevo aspecto" como 18:9. La nueva regla: la pantalla será el doble de alto que ancho. En un mundo en guerra de formatos y aspectos, un cambio así no es baladí. Descontando las barras negras el cine lo vemos a 2,35:1, los iPad siguen a 4:3, al igual que las televisiones antiguas. Por su parte, las pantallas de PC portátil y de sobremesa utilizan una mezcla heterogénea de aspectos que van desde el 3:2 al 21:9.

Los dos nuevos smartphones de gama alta de sendos fabricantes coreanos no son los primeros, desde hace unos meses está en el mercado el Xiaomi Mi Mix con ese mismo aspecto. Los cambios: reducción de los marcos hasta extremos incómodos. Hace tiempo que los marcos laterales fueron reducidos hasta desaparecer gracias a cristales y pantallas ligeramente curvadas para terminales de gama alta. Ahora, los marcos inferior y superior son la nueva frontera, y los fabricantes luchan por eliminarlos, aunque esta vez no es tan fácil. En estos marcos se encuentran altavoces, cámaras, sensores y botones, además de ejercer de lugar de reposo para dedos y palmas de la mano.

Xiaomi eliminó el altavoz superior sustituyéndolo por uno interno que da pequeños y rápidos golpes que generan sonido. Los botones frontales, incluyendo el sensor de huellas, están yéndose a la parte trasera.

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El Xiaomi Mi Mix elimina todos los elementos posibles de la parte delantera: botones, altavoces… ¿y cámaras?

La realidad virtual móvil

Con menos marcos, los fabricantes pueden expandir la pantalla sin aumentar el tamaño del móvil, y como la reducción viene del eje vertical, este aumenta en compensación. Otro gran motivo es la preparación para la realidad virtual móvil. Nuestros smartphones cuentan cada vez con chips gráficos mucho más potentes, aunque la mayoría del tiempo estén ampliamente infrautilizados, pero ver contenido tridimensional le sacará todo el jugo posible.

Al poner delante una pantalla de aspecto 2:1, cada ojo tendrá delante un cuadrado perfecto (1:1) con un campo visual más amplio, y a consecuencia, más inmersivo.

La realidad virtual y la reducción de marcos hacen del aspecto 2:1 casi una necesidad. Con los marcos tan reducidos, ¿veremos móviles sin cámara frontal?

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