La solución de dos Estados consiste en la creación de un Estado palestino junto a Israel. En la hipótesis privilegiada, el nuevo territorio integraría Cisjordania –ocupada actualmente por Israel– y la Franja de Gaza –controlada por Hamas–, con Jerusalén –Este también anexionada por los israelíes–- como capital.
Es la solución preferida por la mayoría de la comunidad internacional, avalada tanto por la dirección palestina en Ramala como por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, aunque éste no la defiende con mucho entusiasmo. Ha sido durante mucho tiempo la piedra angular de la política estadounidense respecto a Oriente Medio, hasta que la administración Trump la cuestionó esta semana.
Dos Estados, pero distintas versiones
La solución de dos Estados puede referirse a distintas realidades, según quién la define. Netanyahu propone que los palestinos tengan un "Estado menor", esto es, un Estado que no tendría todos los atributos propios de un Estado, informó la prensa israelí. En caso de acuerdo, Israel quiere conservar el control militar de toda Cisjordania, un territorio que formaría gran parte del Estado palestino, dijo el miércoles.
Más de dos décadas de negociaciones, marcadas por la guerra y la violencia, no han permitido encontrar un acuerdo final. Con una realidad cada vez más inextricable y la continuación de la colonización israelí en los territorios ocupados, muchos diplomáticos temen que la solución de dos Estados ya no sea posible. Las autoridades israelíes dijeron que ya no hace falta crear un estado palestino. El presidente Trump, tras reunirse con el primer ministro israelí, en la Casa Blanca, la semana pasada, sugirió que hasta aceptaría "la solución de un Estado", aludiendo a la posibilidad de aceptar sólo al Estado de Israel.
Un Estado judío o la confederación
Saeb Erakat, alto responsable de la dirección palestina, decía el miércoles que la "única verdadera alternativa posible (a la solución de dos Estados) sería un Estado laico y democrático (en los territorios palestinos e Israel), donde los judíos, los musulmanes y los cristianos fueran iguales". Para Israel, la mayor amenaza sería que la población árabe predominara sobre la judía en ese Estado laico, algo que, según Erakat, llevaría a Israel a imponer un estatuto diferente entre judíos y árabes en una especie de régimen de apartheid.
"Si elegimos un solo Estado, Israel podrá ser judío o democrático o ambas cosas", dijo el ex secretario de Estado John Kerry antes de dejar su cargo. El presidente israelí Reuven Rivlin aboga por una confederación de dos Estados, israelí y palestino, con dos Parlamentos y dos Constituciones, pero un solo ejército, el israelí.