Sin brillar, pero con jerarquía de sobra, Real Madrid atendió al Nápoli en el Bernabéu, con un triunfo claro de 3-1, en el que Cristiano no anotó, pero fue uno de sus mejores partidos en el aspecto colectivo. Jugó mucho para el equipo y no se obsesionó con el gol.

El club italiano pisó fuerte en el inicio y se puso adelante en el marcador con un gran gol de Lorenzo Insigne, el mejor napolitano de la noche. Una mala salida del fondo merengue y una distracción de Navas ayudó a la fantástica definición de "Lorenzito", que por un momento dejó en silencio la casa blanca.

Sonó el despertador y el equipo de Zidane despertó. Tras asfixiar de a poco al rival, el empate no tardó en llegar, por intermedio del cuestionado Benzema, quien se puso con el público con un gran cabezazo. Minutos después, tras una gran jugada de CR7, el alemán Toni Kroos ya puso en ventaja al local.

En la complementaria, Casemiro con un golazo cerró el primer duelo con el 3-1, que a pesar de todo deja vivo al Nápoli para el próximo 7 de marzo.

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Sin piedad

En Múnich, el Bayern de Ancelotti se divirtió con el frágil Arsenal. El juego comenzó parejo. Robben y un gol antológico adelantó al local, pero el chileno Alexis Sánchez emparejó las cosas al término del primer tiempo.

En la complementaria, los bávaros fueron demoledores y trituraron a los de Wenger. Lewandowski, Alcántara en dos oportunidades y Müller sellaron un 5-1 inolvidable y que deja sentenciada la serie prácticamente. Los "Gunners" tendrán que hacer cuatro y no recibir goles en casa para soñar con cuartos.

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