Si Repetto quería tomar los recaudos jugando de visitante, lo logró. Es la segunda en el que le damos la derecha al uruguayo y más en el partido de ayer, porque la idea que tenía en la previa se cumplió en el terreno de juego. Al colocar a César Benítez como lateral derecho en sustitución de Rodi Ferreira, cerró ese sector y obligó a Walter Montillo, de Botafogo, correrse al medio para hacer más contacto con la pelota y juntarse más con Camilo, los dos mejores jugadores que tiene el "Fogâo".

Al estar completamente inhabilitado el costado izquierdo brasileño (derecho de Olimpia) para el paso de Víctor Luis y Pimpâo, quien cayó a esa zona, el ataque de los primeros minutos se volcó a la punta derecha (izquierda de Olimpia), donde sí Fernando Giménez tuvo más incursión en campo rival que Benítez por la otra punta y dejó algunos huecos por donde podían filtrarse los hombres del Botafogo.

peinó y dejó la pelota para Pimpâo, que cerraba ante la mirada de Pellerano y César Benítez. La definición de chilena a una esquina, fue todo mérito del brasileño.

El trámite no cambió. Eso sí, cuando Olimpia encontró la oportunidad de ir al frente ante un equipo que le cedía terreno, una vez más Repetto eligió lastimar con la velocidad de sus hombres de fuera y mandar centros para Roque y Brian (lo que le sirvió para clasificar a esta fase), antes que buscar el ingreso con pelota por bajo y al medio, que le podía haber dado, por ejemplo, Jorge Mendoza. Si se le puede reclamar algo al planteamiento de ayer del uruguayo es eso, aunque la manera de lastimar por los extremos es la idea que pregona y "morirá" siempre con la suya. Lógico.

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