Landon Thomas Jr.

Antes de que le apostara en grande a Donald Trump el año pasado, Duke Buchan III era un personaje básicamente desconocido en Wall Street.

Sí, tenía éxito financiero y jugaba al polo, pero no era multimillonario ni financiero de renombre.

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Pero ahora, Buchan está tratando de cosechar un jugoso dividendo de su exitosa transacción: la embajada en España, Argentina o Uruguay.

Por supuesto, no hay ninguna garantía de que vaya a recibir su recompensa, aunque entre los republicanos de dinero se acepta generalmente que Buchan fue uno de los primeros apoyos de Trump, en momentos en que Wall Street estaba cubriendo sus apuestas.

Como sea, el hecho de que siquiera se mencione el nombre de Buchan pone de relieve la medida en que aquellos que fueron oportunos y generosos en Wall Street para abrir su chequera ahora están a punto de recibir una ganancia desmedida. También es un recordatorio de que aunque los banqueros y corredores no estén vitoreando a Trump por el alza del mercado bursátil, muchas de esas mismas personas estuvieron esquivando las solicitudes de donativos de campaña en los meses anteriores a la elección.

Cuando la campaña de Trump anunció en mayo que aceptaría dinero externo por primera vez, Buchan aprovechó la oportunidad y ofreció 898.000 dólares para el vehículo de recaudación de fondos del candidato, llamado Trump Victory. Ese es el monto máximo permitido conforme a las leyes federales de campañas políticas.

Al explicar su decisión, Buchan señaló que él veía al candidato como alguien que venía a perturbar, a arreglar y a construir, que llevaría su visión para los negocios a la Casa Blanca y trastocaría el statu quo en el gobierno.

Cuando la campaña de Trump las estaba pasando negras y los donadores tradicionales le daban el esquinazo, el donativo de Buchan tuvo un efecto potente y lo catapultó al círculo íntimo del candidato.

Buchan, que habla el español con fluidez, se ha presentado como abanderado de la cultura hispana en todas sus formas. Desde los años noventa, cuando era banquero de inversión junior en Merrill Lynch, hablando a nombre de empresas y gobierno en acuerdos bancarios en Argentina y Colombia, Buchan siempre tuvo la ambición de representar a los Estados Unidos en algún país de habla española, comentaron algunas personas que han trabajado con él.

Ahora, lo único que tiene que hacer es esperar… y no perder las esperanzas.

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