El caso empezó sacudiendo la política brasileña al más alto nivel. El ex presidente Lula da Silva, implicado en el escándalo, ya está procesado. El terremoto rápidamente alcanzó al resto de la región, llegando hasta otras importantes figuras de la política latinoamericana, incluyendo a varios mandatarios y ex mandatarios, señala BBC Mundo.
Así, sobre el ex presidente de Perú, Alejandro Toledo, pende desde hace unos días una orden de detención nacional e internacional por haber recibido un soborno de US$ 20 millones del gigante brasileño de la construcción. En Colombia se acusa al actual presidente Santos de haber recibido US$ 1 millón para su campaña de reelección, rotundamente negado por el mandatario. El panameño Ricardo Martinelli y el salvadoreño Mauricio Funes también aparecen implicados.
En el caso de Brasil, la única personalidad que por el momento enfrenta cargos es el ex presidente Lula da Silva, quien sostiene su inocencia. El actual presidente Michel Temer, por su parte, fue mencionado 43 veces en las "delaciones premiadas" de uno de los ejecutivos de la empresa constructora. Pero el mandatario brasileño también niega los cargos.
En Perú, el Ministerio Público acusa al ex presidente Alejandro Toledo de haber recibido US$ 20 millones en sobornos vinculados a la construcción de la carretera Interoceánica Sur, algo que el ex mandatario niega. Y en ese mismo país la fiscalía también investiga a la ex primera dama Nadine Heredia –esposa del ex presidente Ollanta Humala– por el presunto trato de favor a Odebrecht en la licitación de otro proyecto: el Gasoducto Sur.
Los ex presidentes Alan García y Ollanta Humala también estarían involucrados. Humala también fue mencionado en las "delaciones premiadas". Habría recibido US$ 3 millones para su campaña electoral del 2011. Odebrecht habría pagado otros US$ 7 millones en sobornos para quedarse con el contrato, adjudicado durante el segundo gobierno de García.