- Por Amílcar Ferreira
- Analista Económico
- MBA por INCAE Business School
La moneda, una de las creaciones humanas más ingeniosas y que más impacto ha tenido en el desarrollo económico, cumple varias funciones muy importantes. Sin ella viviríamos en una economía del trueque, la cual tiene sus dificultades.
Una de las primeras preguntas que surge cuando se implementa un sistema monetario en un país es, ¿cuánta moneda debería imprimirse?, la respuesta es una cantidad suficiente para permitir todos los intercambios, debe haber una relación entre la cantidad de moneda y la cantidad de bienes y servicios que produce una economía, el desbalance entre ambas cosas es lo que produce los fenómenos que conocemos como inflación (pérdida de valor de la moneda) y deflación (aumento del valor de la moneda).
Sin embargo, la experiencia real nos muestra que el fenómeno de la inflación es prácticamente inevitable en el largo plazo, hay países que han sido exitosos en su control (Paraguay uno de ellos en la última década) y otros que no. Aun siendo exitoso en su control, la inflación se acumula a través de los años, los valores monetarios se vuelven muy grandes, a un punto que ya dificulta los registros y los vuelve difíciles de comprender.
Por ej.: si le dijera que el Presupuesto General de la Nación 2017 asciende a G. 69.160 billones, es altamente probable que le sea difícil de comprender que significa esta cifra (me incluyo); sin embargo, si le dijera que es unos US$ 12.500 millones, seguro le es más fácil de comprender. Cuando empezamos a convertir a otra moneda nuestros valores porque en la nuestra nos cuesta comprender, algo significa.
Desde su creación en 1943, hace 74 años, el Guaraní ha acumulado una inflación superior a 300.000%, es la moneda más antigua de Sudamérica y una de las seis con más ceros en el mundo; hoy la acumulación de ceros ya dificulta los registros, por ej.: transferencias con sistemas electrónicos internacionales que cuentan con una cantidad limitada de campos.
El país ya necesita eliminar tres ceros al guaraní y de esta manera devolverle a su moneda la funcionalidad como unidad de registro. La iniciativa del BCP de impulsar la eliminación de tres ceros al guaraní es muy oportuna, se debe llevar adelante, considero muy bueno que se plantee como un proceso en más de un año, con un calendario claro, que permita a los actores económicos enterarse a tiempo, planificar y realizar las adecuaciones informáticas y contables necesarias.
Considero que el cambio contribuirá a la competitividad del país, al hacer más fácil la tarea de registrar y comprensibles las cifras, acercándonos a los valores (precios en la economía) considerados "normales" en las grandes economías del mundo. Esta aproximación (un dólar pasaría a costar 5 guaraníes con 73 centavos) hará que podamos comunicarnos más fácilmente con los grandes mercados del mundo.
A no postergar más el cambio, llegó el momento de hacerlo.