© 2017 Economist Newspaper Ltd.

Los conductores de scooter en cascos de color verde brillante animan el atardecer de la hora pico en la ciudad de Ho Chi Minh, el centro comercial de Vietnam. Esta conspicua flota lleva a clientes de Grab, una empresa que opera una red de transporte privado y que tiene gran actividad en la región suroriental de Asia. Sus operaciones, que conectan a los viajeros con taxis, automóviles privados y taxis de moto en seis países, se encuentran en una región que es dos veces más poblada que América y se urbaniza rápidamente. Su futuro parece estar asegurado… si puede competir con Uber, su oponente americano con un bolsillo abultado.

Grab comenzó su vida en la Harvard Business School, donde Anthony Tan, de 34 años, conoció a su cofundador, Hooi Ling Tan, con quien no está relacionado. La sede de la compañía está en Singapur. El padre de Anthony dirige Tan Chong Motors, un ensamblador y distribuidor de automóviles que está entre las compañías más grandes de Malasia, pero la firma no tiene fondos del negocio familiar.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Tan negó que esté construyendo la respuesta del Sudeste Asiático a Uber, diciendo que está más inspirado en las compañías tecnológicas chinas como Tencent, el gigante de los juegos online y redes sociales que posee We Chat, un servicio de mensajería móvil fantásticamente popular, y Alibaba Group, un gigante del comercio electrónico. En particular, Grab pretende emular el éxito de We Chat en la popularización de pagos móviles a través de teléfonos inteligentes.

Una gran parte de los US$ 1 mil millones en efectivo que Grab tiene para propósitos de inversión será destinado a su sistema de pagos digitales –Grabpay– que comenzó a operar en enero del 2016. En noviembre del 2016, Grab actualizó Grabpay, convirtiéndolo de un procesador de pagos digitales, que era más conveniente para las personas que ya tenían tarjetas de crédito y débito, a una billetera digital, que los del sudeste asiático pueden puede "cargar con saldo" mediante la realización de depósitos en efectivo en los bancos y algunas tiendas de conveniencia. En la actualidad, la gente utiliza Grabpay principalmente lo hace para pagar los viajes Grab, pero el objetivo es que los clientes eventualmente lo usarán para comprar todo tipo de artículos diarios.

Tales sueños dependen, sin embargo, de que Grab rechace rivales locales y defienda sus negocios de Uber, que vale aproximadamente 20 veces más. Los inversionistas de Grab incluyen a Temasek, la firma estatal de inversión de Singapur, y China Investment Corporation, una empresa china. En septiembre Softbank, una compañía japonesa de telecomunicaciones y tecnología propiedad de Masayoshi Son –que el año pasado anunció un fondo de inversión tecnológica de 100.000 millones de dólares en asociación con Arabia Saudí y otros inversionistas– lideró un grupo que colocó US$ 750 millones en Grab, elevando su valor a más de US$ 3 mil millones.

Indonesia es un campo de batalla clave, con una población de 257 millones que representan más de un tercio de la población regional. Desde el lanzamiento de sus taxis de moto en Yakarta, en mayo del 2015, poco a poco Grab se ha posicionado en el liderazgo disfrutado anteriormente por Go-Jek, un negocio de similar de taxis, y parece estar avanzando. Uber, que llegó tarde al mercado, está ahora en tercer lugar. El 2 de febrero, Grab dijo que invertirá 700 millones de dólares en Indonesia durante los próximos cuatro años.

Para Grab, dijo Tan, las megaciudades atascadas por el tráfico en el sureste asiático no son "sólo otro" mercado: "Esta es nuestra casa", remarcó.

Dejanos tu comentario