Con tan solo ocho años de vida como club, Deportivo Capiatá sigue firmando hazañas y demostrando que no existe imposibles cuando hay convencimiento y uniformidad de ideas entre directiva, cuerpo técnico y jugadores.

El continente, y quizás gran parte del planeta futbolero, habla del equipo paraguayo, tras dejar en ridículo a uno de los equipos más poderosos de Perú. Hace una semana, Capiatá parecía perder todo tipo de esperanzas hacia la tercera fase de la Copa Libertadores, tras caer sin cuestionamientos 1-3 ante el Universitario.

La vuelta parecía de mero trámite, de hecho los incaicos lo tomaron como un partido para divertirse. Casi nadie creía en la remontada auriazul, más que el cuerpo técnico y la directiva. Y el milagro se hizo posible, el soñador nunca dejó de creer y el Escobero dejó sin alma a la mitad de Lima, al destrozar 3-0 en su casa a la "U".

Si se habla de hazañas y hechos increíbles, ahí siempre estuvo Capiatá, uno de los clubes jóvenes más exitosos del continente. En el 2008 nació como entidad, en el 2013 ya estaba en Primera tras rozar dos veces el ascenso. En el 2014 dejó helado La Bombonera al sorprender a Boca, que nunca olvidará el "Capiatazo".

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Últimamente ya nada es imposible para Capiatá, que da cátedra de cómo ser un club organizado y competitivo, sin tener los escandalosos presupuestos de los grandes.

Nuevo objetivo

Ya pasó dos etapas y ahora la meta auriazul es la fase de grupos de la Libertadores. El nuevo rival es el Atlético Paranaense de Brasil, al que deberá enfrentar el miércoles en Curitiba. El plantel capiateño partirá el lunes rumbo a Brasil, pero antes, con equipo alternativo, enfrentará el domingo por el torneo local a Libertad.

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