Nadie invierte donde no exista seguridad, menos aún fuera de su país. Toda inversión extranjera que se pueda dar en alguna nación está estrechamente ligada a la política exterior y las acciones emprendidas por el Estado para la captación de capital extranjero, así como por un nivel de transparencia, seguridad jurídica y seriedad.

Una inversión se dará si existe credibilidad y estén dadas las condiciones legales y estables para que los inversores consideren seguro depositar su capital. De lo contrario, ningún inversor se arriesgará a poner un solo dólar para emprender algo. Solo se invierte donde hay seguridad.

Es indudablemente lo que está sucediendo en Paraguay, donde siguen desembarcando grandes empresas internacionales que ven al país como una opción segura para invertir. La última firma que lo hizo fue la poderosa industria de juguetería Brinquedos Estrela SA, de Brasil, que decidió instalar una planta en la zona de Hernandarias, departamento de Alto Paraná. Su objetivo es la producción local para realizar una distribución regional. Bajo la denominación local de Estrella del Paraguay SA, la firma radica una inversión inicial de más de 2 millones de dólares, bajo el régimen de la maquila.

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Desde la industria se adelantó que en tres años más la inversión en la planta llegará a 5 millones de dólares, para que los productos que la firma está importando de China en un 80% sean ensamblados en Paraguay, de modo a dar la posibilidad de exportar a toda América. Actualmente, lo importado desde China, que representa el 35% de la producción total de Brinquedos Estrela, solo puede ser comercializado en el mercado brasileño.

Igualmente, los responsables de la empresa adelantaron que para febrero tendrán el plan completo de la producción 2017, de modo a terminar el año con unos 200 trabajadores en la fábrica de Hernandarias. A partir de ahí, irán creciendo en número de empleados paraguayos que serán capacitados por brasileños. En cuatro o cinco años, el objetivo de la empresa es llegar a generar puestos de trabajo para 2.000 personas, ya que cada año se prevé fabricar entre 25 a 45 nuevos productos en la planta.

Realmente son buenas noticias que solo aquellos que se empeñan en sostener campañas mediáticas detestables por ser rechazadas propuestas de negociados tratan de ocular la información, no dimensionándola como debería ser. Hay que entender que con este tipo de inversiones extranjeras no sale ganando el Gobierno o quienes administran el poder, sino la gente, el país.

Es el camino que se debe seguir, dejando de lado las diferencias y obviando las campañas que solo pretenden poner freno a un proceso de crecimiento que se está logrando gracias a una buena gestión.

Se ha reclamado por mucho tiempo a los administradores de turno preparar a Paraguay para captar inversiones extranjeras. Ahora que existen condiciones y, además, el capital extranjero llega, algunos pretenden ocultar la información, cegados por el revanchismo y, por qué no decirlo, por el odio.

Independientemente a que se dé destaque o no a nivel de medios de comunicación local a esta nueva inversión extrajera, cabe señalar la consideración de la firma hacia el Paraguay, que de seguro podrá incentivar a otros inversores de diferentes empresas brasileñas y de otros países. Además de la generación de puestos laborales y el movimiento económico, esto es lo que trae consigo la instalación de una empresa internacional tan grande como Estrela.

El presidente de Estrella del Paraguay, Carlos Tilkian, destacó que el país le brinda la posibilidad de empezar un nuevo ciclo de operaciones para hacer un proyecto de integración y exportar los productos a toda América, ya no solo en los países integrantes del bloque. Explicó que la propuesta es reducir la importación de juguetes de China y pasar a hacer componentes en Brasil para ser ensamblados en Paraguay. Es decir, el proyecto de la empresa es gigantesco y beneficiará al país.

Sobre la instalación de Estrela en Paraguay, desde el Poder Ejecutivo se afirma que es una muestra que el país está cada vez más competitivo, con una política clara sobre lo que se quiere. Se sostiene, además, que debe seguir firme el objetivo fijado: que Paraguay no sea considerado el país más barato donde producir, sino el más competitivo. Ese es el camino que se debe seguir, dejando de lado las diferencias y obviando las campañas que solo pretenden poner freno a un proceso de crecimiento que se está logrando gracias a una buena gestión.

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