El diseñador Ricardo Tisci, que llevaba cinco temporadas sin presentar alta costura, decidió mostrar sus nuevas creaciones durante el desfile de moda masculina que Givenchy celebró en París hace unos días. Sus 13 piezas preciosas se exponían en las oficinas parisienses de la maison francesa como obras de arte.
El italiano cuenta que se inspiró en la imagen que tenía del lejano oeste cuando era niño. De cerca, resulta impresionante un vestido compuesto por decenas de atrapa-sueños; cada uno distinto y todos ensamblados como en un puzle para crear volúmenes y capas.
Las chicas del saloon también estaban representadas en una pieza con tres tipos de plumas trabajadas sobre tul. Los flecos, imprescindibles en cualquier historia de indios y vaqueros, componían un conjunto de chaqueta y pantalones en piel y ante. Especial mención merece también dos vestidos a medio camino entre la era victoriana y el western: uno blanco realizado en organza y macramé; y otro, de cuadros, con pequeños espejos cosidos y la espalda abierta y ribeteada en volantes de organza plisada.