Por Prince Otto

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En esta edición de Perfil de Líder, el diario La Nación conversó con el presidente del Club de Ejecutivos del Paraguay, Yan Speranza, quien dijo que a lo largo de la carrera profesional y personal, no existen recetas únicas, sino lo importante es tratar siempre de encontrar el propio camino, el propio sentido, la propia vocación y los que finalmente se traducen en la verdadera búsqueda de ambos aspectos de la vida.

El directivo también habló sobre las principales bases que fortalecen el crecimiento y desarrollo de un profesional, como el valor de la educación, de la formación espiritual e interna y el de las personas.

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-¿Qué lo motivó a elegir su actual profesión? ¿Cómo fueron sus inicios?

-Desde muy joven me sentía muy atraído por todo lo que fuera emprender cosas nuevas, fuertemente influido por una cultura familiar, que era muy propicia y estimulante para leer mucho, explorar, ser muy curioso y ese tipo de cosas que te llevan a desarrollar cierto tipo de inclinaciones y que posteriormente se convierten en tu profesión o tu verdadera pasión.

Además, tuve la oportunidad de estudiar en un colegio jesuita como el Cristo Rey en donde también se respiraba mucho esa cultura de la reflexión en la acción, de la excelencia, del compromiso social que siempre ha sido muy propio de esta congregación y que admiro profundamente. Claramente, el sello de los jesuitas me ha marcado enormemente en mi vocación y en mi vida.

-¿Cuál podría ser la clave para superar las dificultades profesionales desde su propia experiencia?

-Una clave esencial es desarrollar, justamente, la capacidad de conocerse profundamente a uno mismo –una tarea cotidiana y eterna realmente–, de alimentar el mundo espiritual de cada uno, que no se trata solo de una cuestión religiosa, sino de la capacidad de encontrar el verdadero sentido de la vida que queremos vivir, para hacer mucho más rica la existencia justamente.

Otro tema fundamental y muy vinculado a lo primero ha sido siempre el tremendo privilegio que tuve de conocer local e internacionalmente a gente tan valiosa y genial, de quienes he aprendido muchísimo.

-¿Qué fue y es lo más difícil en el campo que le toca hoy en día trabajar?

-Al trabajar en el campo del desarrollo en general y de procesos de generación de valor económico, social y ambiental, creo que lo más complicado siempre es encontrar los equilibrios adecuados en el medio de una enorme diversidad de intereses, en sociedades que se vuelven cada vez más complejas.

No existen las recetas únicas y tampoco existen respuestas fáciles y lineales en la gran mayoría de los casos. Veo que por lo general existe una gran dificultad de adaptación constante a los acelerados tiempos de cambios que estamos viviendo y eso produce mucha confusión, tensión y frustración, que hay que saber administrar con mucha empatía, paciencia y claridad conceptual.

-¿Qué destaca de Paraguay?

-Que es un país de oportunidades, en donde casi en cualquier campo, está todo por hacerse. Para los emprendedores, esto es algo muy positivo y realmente lo tenemos que aprovechar. También la tremenda ventaja de tener una población tan joven, que ahora está superinterconectada y se está volviendo cada vez más exigente y demandante.

  • “La educación de calidad es fundamental y eso no significa solamente una sala de clases en el marco de la educación formal. Hay que buscar constantemente oportunidades formales e informales de formación y eso no termina nunca”

La historia del Paraguay es rica en muchos sentidos y también muy dolorosa, pero lo que más destaco de mi país es lo que está por venir, porque en el fondo esta visión implica no ser sencillamente un espectador, sino un protagonista.

-¿Qué enseñanza toma de toda su carrera?

-El valor de la educación, que empieza sin dudas en la casa, cuando los estímulos son tan importantes y determinantes. El valor de la formación espiritual e interna, que es en donde uno va desarrollando y encontrando el verdadero sentido de la vida, así como el valor de las personas y de los vínculos que se crean. Éstos son tan enriquecedores y son una parte esencial en el desarrollo personal y profesional.

-¿Cuál es el desafío que aún le queda?

-Continuar el viaje de construcción de valor público –mi vocación–, pero con la capacidad de desarrollar siempre nuevas miradas y tratar de innovar siempre. Cuando pasan los años, la tentación del conformismo puede ser mayor y ese es un peligro que hay que evitar constantemente. Hay que re-inventarse constantemente.

-¿Qué consejo le daría a un joven que comienza su carrera profesional?

-En realidad, lo importante es tratar siempre de encontrar tu propio camino, tu propio sentido, tu propia vocación, ésa es la verdadera búsqueda. Por lo general no me gusta mucho esa idea de seguir los pasos de otros, aunque por supuesto que entiendo el valor de la inspiración que las personas pueden ejercer sobre otros. Finalmente, cuando se trata de consejos, uno sencillamente trata de mencionar aquellas cosas que le han funcionado muy bien a uno mismo y evitando aquellas cuestiones que nos han perjudicado y desde donde hemos aprendido ciertas lecciones.

La educación de calidad es fundamental y eso no significa solamente una sala de clases en el marco de la educación formal. Hay que buscar constantemente oportunidades formales e informales de formación y eso no termina nunca.

Y, finalmente, la pasión es un combustible inagotable cuando uno hace lo que realmente le gusta y satisface. Ojalá uno siempre se enganche con aquello que le gusta y le da sentido a su vida.

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